Por Roberto Valenzuela
Lo de Rafael Estrella Ureña es único, porque rara vez
se presenta un caso en el que una figura histórica no es ni héroe ni
villano. “Los héroes y villanos monopolizan la labor historiográfica. No
podemos evitar ese enfoque maniqueo de la historia. Rafael Estrella Ureña
no cabe en ninguno de esos dos ropajes: queda claro que no se ha ganado un
espacio entre los héroes…”, indica la historiadora Quisqueya Lora.
Lora explica que como villano Estrella Ureña se “dejó
robar” su papel porque “figura al lado de un personaje avasallador, Rafael
Leónidas Trujillo Molina”, el dictador que gobernó el país por 31 años. Expresó
que el político santiaguero “es un derrotado histórico y que su apuesta por el
poder quedó destrozada entre las patas de un caballo de Troya” como Trujillo.
Estrella se alió a Trujillo para dar un golpe de Estado a su protector, Horacio
Vásquez. Luego Trujillo lo destruyó a él.
“Poco en él es especialmente destacable, por un
tiempo fue como la promesa que cada político, del pasado y del presente, lleva
en sí y sobre sí. Promesa que, como en el pasado y en el presente, casi nunca
llega a concretarse”, añade la profesara de historia. Ella hizo la presentación
de la obra “La agitada vida de Rafael Estrella Ureña”, la primera biografía
escrita por el historiador Rafael Darío Herrera, en la Academia de la Historia.
El héroe
En la primera etapa de su vida Estrella tuvo el
comportamiento de un héroe, utilizó la brillantez de su discurso para encabezar
el movimiento nacionalista que entre 1916 y 1924 repudió la ocupación militar
norteamericana. Bajo la consigna de la “desocupación pura y simple”,
compartió tribuna con personajes de la talla de Américo Lugo, Rafael César
Tolentino, Emiliano Tejera y Ercilia Pepín.
Como orador, era impresionante, la gente solía hacer
largas filas para abarrotar los tribunales para oír las intervenciones de
Ureña. Cuando en Santiago de los Caballeros era visitado por figuras
importantes o había algún evento, el principal atractivo era decir a los
ciudadanos que ahí iba a hablar él, para que apoyaran las actividades.
El “Duce” Mussolini
Con la desocupación militar norteamericana y a la
llegada al poder de Horacio Vásquez, Estrella Ureña sufre una metamorfosis: se
muestra inconsistente a lo que había sido su discurso y se preocupa más por
ocupar cargos en el Gobierno que en el bienestar del país.
Al ser designado como embajador en Italia entre
1926-1928, estableció amistad con el sombrío dictador fascista, el “Duce”, Benito
Mussolini, al que le profesaba admiración. Al punto que para el golpe de Estado
contra Vásquez, Estrella trataba de imitar los métodos de Mussolini para
destronar del poder al rey Víctor Manuel III, en la “Marcha sobre Roma”. En la
marcha desde Santiago a la capital para derrotar a Horacio, Estrella se quiso
parecer o usar la teatralidad de Mussolini y sus intimidantes milicias
“Los Camisas Negras”, marchando hacia Roma. Cuando Ureña cayó en desgracia con
Trujillo, según explica su biógrafo, el historiador Darío Herrera, una de las
amenazas de los esbirros de la dictadura era que iban a mostrar en la prensa
las fotos suyas con el nefasto dictador Mussolini. La
foto fue tomada del Diario Libre.
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