Por
Jael Uribe
¿Será qué sólo
merecemos silencio, yacer adentro de una fosa de cemento en donde gritan
justicia desde fondo nuestros huesos? ¿Cuantas más debemos ser semilla en el
centro de los ojos para que se nos reconozca fruto, vida, flor, esencia? ¿Serán
que somos menos importantes, que no valemos un peso, y qué la única manera en
que nos nombren sea para desearnos el descanso eterno en un trozo de papel amarillo
al viento?
No sé. Quizá divago
y me pierdo creyendo que todo puede ser diferente. Que no necesitamos de
tantas, las mártires, para que se reconozca nuestra voz y se velen por nuestros
derechos, sin ser partes de una lista constante que devela nuestra breve existencia,
un rosario de inagotables cuentas quenos muestra estadísticas, en lugar de
heroínas, nos muestra polvo en vez de carne y músculo donde se apoya el futuro
de nuestros pueblos. ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? Justicia para las que somos
menos, para las que esperamos en el borde de nuestras palmas por el trozo de universo
que ganamos con nuestra sangre desde hace tiempo.
Ser mujer
(justicia) en un mundo ciego, en un mundo donde un ser humano capaz de dar vida
merece el mismo tratamiento que un perro, o menos; En un lugar donde se
degüellan sin piedad nuestros cuerpos y dónde nuestras almas no merecen el
descanso eterno, dentro de un basurero ¿Por qué?¿por qué somos menos? Las
otras, las proscritas, las denunciantes, las abusadas, las rebeldes, las
“malditas” mujeres, portadoras de este karma interminable,de una ira sin
sentido, hijas de la muerte.
Seguimos aquí,
esperando que sea luz en nuestro encierro. Por la mano del hombre, amigo,
hermano, amante, para aunarnos en la lucha por un premio que sabemos nuestro.Por
la otra mujer indiferente quese esconde en su temor y en vez de ayudarnos a ser
frente, calla y desaparece. Esperando que nos dejen de tratar como objeto, para
disfrute de los bajos instintos de los perversos, para vender en las vidrieras
y revistas el lado oscuro que nos “conviene”para el mercado local y extranjero.
Porque nos negamos a ser carne,porque somos VIDA y no muerte. Porque merecemos
crecer sabiendo que valemos, más que un contrato para exhibirnos a los buitres,
más que sensacionalismo para vender periódicos a nombre nuestro, sin que con ello
se contribuya con nuestro desarrollo, sin ninguna utilidad a favor nuestro.
Llegó el tiempo
de pensar “señores”. Tiempo de pasar factura a los pasos que formaron este
camino de sangre que ahora vivimos las mujeres. Tiempo de dejar de ser
estadística, “señoras”, de dejar de ser menos y de ser las suficientes, de ser
bastantes, de ser todas a contra viento
y contra de lo que nos oprime desde adentro. ¡Tiempo de ser UNA, fuertes!
Jael
Uribe es Presidente Movimiento Mujeres Poetas Internacional MPI, Inc. y Fundadora
Festival Internacional de poesía y Arte Grito de Mujer.
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