Por José Antonio Matos Peña
Esa interrogante recorrió mis pensamientos en la madrugada de hoy,
dieciséis de agosto 2017, cuando a un programa radial de audiencia global
encabezado por la eminencia managüense, Ivonne Ferreras hizo una llamada, el
también eminente sureño, ingeniero y abogado Héctor David Vólquez Román, con la
que, a pesar de las innumerables ocasiones que lo ha hecho por diferentes vías,
incluida la presente ha hecho la denuncia, hoy, con mayor claridad y detalles,
lógicamente, a nuestro entender, incluye todo un viacrucis de tres años, con lo
que se ha sacrificado a todos, población de Barahona, desarrollo y educación y
al oferente, que varados sus patrimonios personales y familiares en este
impasse, corre los embates de todo lo que aparenta ser una banda de
facinerosos; con solo haber cometido el sacrilegio, según parece,
de ofertar terrenos en perfecto lugar y precios razonables o considerados con
el Estado dominicano, como ha sido su trayectoria de vida.
Me ha contado David, y enseñado documentos, en los que se establece ya,
desde tiempo atrás, dos o tres años, que el ministerio ha traspasado,
previo decreto presidencial, la titularidad de terrenos a nombre del Estado
dominicano, sin ninguna remuneración al propietario, David Vòlquez, lo cual
constituye algo más que un abuso, en el otro terreno, ya con verja
perimetral en construcción, con los mismos resultados.
Momento preciso es, hoy 16 de agosto, fecha de la restauración de nuestra república,
que el excelentísimo presidente constitucional de ejemplo de humildad y
autoridad, disponiendo corregir entuertos y desmontar prácticas que nos
deterioran como sociedad, honremos a Juan Pablo Duarte, cuando sentenció; “Sed
Justo lo primero, si queréis ser felices. Ese es el deber del hombre”, YYY…
SIGUEE.
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