Por Rafael Matos
Féliz
En la ocasión
anterior, establecimos que desguazar barcos viejos es, sino la peor, una de las
peores actividades que atenta contra la vida misma de los obreros así como
contra el medio ambiente. Además indicamos que esas empresas solo se instalan
donde la mano de obra es barata y las normas ambientales y las normas sobre
riesgos laborales no se cumplen o se cumplen mínimamente.
La llamada
Autoridad Portuaria, le había rentado el muelle # 6 a la empresa y por su lado,
Medio Ambiente hacía los aprestos para otorgarle el permiso para desguazar los
barcos.
Fuimos
informados de que una comisión de esa Secretaría (hoy ministerio) venía para la
zona a realizar una evaluación ambiental para el proyecto; pero allí también
nos presentamos otra comisión (no invitada) para poner nuestros puntos de vista
al respecto. Esta última, pertenecientea la SOEBA, al CURSO-UASD ya la Alianza
Estratégica.
Ya en el lugar,
lo primero que encontramos fue una vigilancia pagada con la intención expresa
de impedirnos la entrada al área. Argumentamos que ninguna evaluación ambiental
se realiza sin la presencia y opinión de las entidades locales. Solo de esta
manera fue posible, que la comisión de la Secretaría permitiera la presencia de
nosotros.
Mostramos que la
empresa había violado las normas ambientales, pues construyó una pared de
bloques que penetraba hasta el mar. Les recordamos que hacía poco, que al
Consorcio Azucarero se le había multado, de forma administrativa, por haber
hecho lo mismo en su área y que por qué a la desguazadora no se le multaba por
la misma violación. No tuvimos respuesta. Luego hablamos de la aprobación y
consenso para la construcción del Bulevar Turístico en esa zona. Nos pidieron
más detalles sobre eso.
Del muelle # 6,
nos dirigimos hacia la oficina de Medio Ambiente, situada en esa ocasión, en el
edificio de ACUI, cerca de Telecable Barahona. Allí detallamos lo del Bulevar y
nos dimos cuenta que la comisión de Medio Ambiente no sabía nada del mismo y
además, supimos que le habían presentado documentos donde “ciudadanos”,
“dirigentes” y otras personas locales, daban su consentimiento para la
instalación de la desguazadora. ¡Ay mi madre!, eso es lo que se llama un “palo
asechao”, como decimos por aquí.
Señalamos en
esta parte, que cuando se va a realizar una Evaluación de Impacto Ambiental, lo
menos que debe conocer la comisión evaluadora es todo lo que concierne a la
zona objeto de la evaluación y contactar a todos los involucrados en la
propuesta o proyecto, tanto los que están a favor como los que lo objetan y en
este caso, la comisión venía sorda, muda y ciega. Por regla, en una evaluación
ambiental, seevalúan los elementos técnicos del proyecto, así como los
elementos físicos-naturales del área y los elementos socioeconómicos de la zona
a ser intervenida.
Fue en la
reunión en la oficina de Medio Ambiente, con los evaluadores, donde ellos
conocieron datos que no habían sido tocados por la solicitud de la empresa para
la aprobación de la instalación de la desguazadora, vestida de astillero.
Pero la cosa no
paró ahí, en los días siguientes y mientras llegaba la decisión definitiva
sobre la evaluación ambiental, la empresa desguazadora trató de intimidar a las
personas que teníamos oposición a ese otro proyecto de muerte y nos enviaron
grupos de motoconchistas a nuestras casas a vocearnos, a amenazarnos y
acusarnos de todas las sandeces de la bolita del mundo. También, otro grupo se
presentó al frente de una emisora local en el momento en que éramos
entrevistados sobre la desguazadora.
En este último
lugar, parte del personal de la emisora nos advirtió de la situación y ellos
mismos fungieron como intermediarios para evitar que se llegase a algún hecho
lamentable. Logramos conversar con los amotinados y les señalamos nuestras
objeciones sobre el proyecto y aunque algunos trataron de subir y caldear el
tono, no pasó nada fuera de control.
Posteriormente,
y por algunos motoconchistas que conocíamos, se nos dijo que a esas personas,
la empresa les había pagado $500 a c/u, para que quedara demostrado que la población
demandaba y deseaba el proyecto. Mientras tanto, muchos comunicadores hablaban
a favor de la desguazadora y los menos, señalaban lo peligroso del proyecto.
Mis estimados,
como pueden observar, muchos por su “dame lo mío” y otros por su “crecimiento
económico” a ultranza, con barniz de “desarrollo”, son capaces de cometer todo
tipo de diabluras y envolverse en las peores miserias humanas.
Nos contactamos
en otra ocasión,
Por Rafael Matos
Féliz
Por el
Desarrollo Sostenible
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