Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Cuando la
estudiante dominicana Chelsea Batista, era una niña nacida y criada en
Brooklyn, gracias a que sus padres llegaron
de la República Dominicana, buscando mejores oportunidades, nunca se imaginó que su deseo de superación,
su aplicación en los estudios y su excelencia académica en el Colegio
Comunitario Brooklyn (Brooklyn College), la llevaría a ser codiciada por más de
una universidad de prestigio en los Estados Unidos.
Ella, aspiraba a que una
sola alta casa de estudios la aceptara.
Pero después de la primera
respuesta positiva, llegaron una, otra y otra, hasta que se acumularon 11 para
su propia sorpresa.
Dijo que es la primera
sorprendida al recibir las once cartas aceptándola y dos de las universidades
le han garantizado una beca completa en sus escuelas de medicina.
Envió solicitudes a 18
facultades de medicina en igual número de universidades alrededor de la nación.
“Estaba absolutamente
sorprendida”, dice la estudiante criolla de
21 años de edad, que se graduó con honores en el Macaulay Honors de Brooklyn College, donde ya
forma parte de la galería de alumnos meritorios.
“Cuando recibí mi primera
aceptación, la vi como que era de oro. Cuando más aceptaciones empezaron a
llegar, me quedé atónita”, añade Batista.
Como estudiante se la
disputan ahora las universidades de Columbia, el Colegio de Médicos y
Cirujanos, Weill Cornell de la Universidad de Nueva York (NYU), la Escuela de
Medicina de la Universidad de Tufts, El Colegio de Medicina Albert Einstein, la
Universidad Drexel, la Escuela de Medicina de la Universidad Hofstra, la
Escuela de Medicina de la Universidad Icahn, Universidad Howard, Universidad SUNY
y la facultad de medicina de la Universidad de
Stony Brook.
“Yo estaba absolutamente preocupada de que quizás no iba a entrar ni siquiera en una universidad”,
dijo Batista.
“Por eso llené tantas aplicaciones. Incluso con ese temor,
sin embargo, me aseguré de apuntar alto. Siempre dije, lo peor que pueden decir
es que no y es automáticamente un no de todos modos, si no aplico. Así que lo
hice", explica ella.
Batista es hija de
inmigrantes dominicanos, y se crió en Brooklyn. La dominicana dice que sabía
que su camino para convertirse en un médico sería más difícil a causa de su origen
y género, y porque ella viene de una familia
de bajos ingresos.
“Seguir una carrera médica
es difícil para cualquier persona que lo desee,” dijo. “Sin embargo, como una
mujer joven hispana, he tenido que enfrentar algunas realidades duras en mi
camino individual hacia la medicina. Mi familia vino de familias pobres en la
República Dominicana. Ellos vinieron aquí con el fin de proporcionarles una vida mejor a sus hijos”, relata Batista.
“Consideré que debía tener
un nivel mayor de iniciativa y ambición
para yo para aspirar a metas más altas, especialmente porque tenía menos acceso
a los recursos que muchos otros solicitantes fueron capaces de tener”, dice
Batista.
Sólo el 4.8 por ciento de los solicitantes de la
escuela de medicina eran latinas en el período 2016-2017, de acuerdo con
la Asociación Americana de Colegios
Médicos.
“Me di cuenta pronto de que
estaba entrando en un campo en el que sería realmente la minoría”, dijo
Batista.
Añadió que debido a su
origen socioeconómico y el origen étnico, muchas personas se han acreditado las
aceptaciones que ha recibido, de las 11 escuelas de medicina a las políticas de
acción afirmativa, un programa federal que establece una cuota de las minorías
en las universidades.
“Varias personas negativas
han atribuido mis éxitos a la acción afirmativa, en oposición a la disciplina y
el trabajo duro”, reclamó Batista.
“En algunos puntos, tuve que
recordarme a mí misma que me he ganado estos logros, que trabajé tan duro como
los que me rodean y que tenía que romper a través de un techo de cristal para
llegar aquí. Tuve que recordarme a mí misma que no fui elegida porque soy una
mujer hispana que cumple los requisitos. Fui aceptada debido a que como una mujer hispana, tuve que luchar a través de
más obstáculos y resistencia que el solicitante típico en las escuelas de medicina y yo he logrado
sobresalir”, dijo la estudiante.
“Estoy orgullosa de mi
formación y me siento orgullosa de lo que he superado para llegar hasta aquí”,
añadió.
“Estoy orgullosa, porque a
pesar de los inconvenientes que pude haber tenido, nunca dejo que nada me
impida alcanzar mis metas”, precisó Batista.
Dijo que redujo sus opciones a unas pocas escuelas de
medicina en universidades de Nueva York,
donde ella pueda estar cerca de la familia. Quiere especializarse en oncología
pediátrica.
“Siempre he querido trabajar
en un campo que me permita abogar por aquellos que no pueden defenderse por sí
mismos”, explicó. “Los niños están especialmente sujetos a las decisiones que
sus padres hacen por su salud. A largo plazo, y con enfermedades crónicas como
el cáncer, creo que es importante tener en cuenta lo que el niño quiere y
necesita, además de lo que los padres piensan que es mejor para ellos”, agregó
Batista.
“Quiero ser el tipo de
médico que lucha por todos y cada uno de mis pacientes”, dijo.
PIE DE FOTO
NUEVA YORK._ Chelsea
Batista, aceptada en 11 universidades de Estados Unidos. (Foto cortesía Brooklyn
College)
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