Por Miguel
Ceara-Hatton
Intuitivamente
es predecible que, si mejora el ingreso y la riqueza de una persona, un grupo o
un país la calidad de vida debería mejorar. Asumo que, si un país aumenta
la riqueza por habitante y avanza en el “ranking” mundial, debería en el largo
plazo, mejorar la posición en el “ranking” de bienestar. Más concretamente, en
un país en desarrollo, debería avanzar el “ranking” de salud y educación,
elementos fundamentales para alcanzar el bienestar. Si no se producen estos
avances entonces se desaprovecha la oportunidad del crecimiento económico o el
aumento de la riqueza por habitante para mejorar la calidad de vida de la
gente. Ello ocurre cuando el aumento del ingreso se concentra excesivamente o
cuando se gasta mal, entre otras razones.
Desde 1990, se
viene construyendo el índice de desarrollo humano (IDH) que combina tres
dimensiones: primero, alcanzar un estándar de vida decente lo cual se mide
mediante el ingreso nacional bruto real de paridad de poder adquisitivo (INBr),
que es un valor del mismo orden de magnitud que el PIB por habitante. Segundo,
por el conocimiento (la educación) que desde el año 2010 es medido con dos
indicadores: los años esperados de escolaridad y la media de años escolaridad
de la población. Finalmente, la posibilidad de tener una vida larga y en salud
medido con la esperanza de vida al nacer.
Al analizar el
comportamiento de estos indicadores se constata que el ingreso nacional bruto
se mueve en el corto plazo, de año a año. Los otros indicadores (la esperanza
de vida al nacer, los años esperados de escolaridad y años promedio de
escolaridad) se mueven en el largo plazo esto significa que los movimientos a
corto plazo del IDH reflejarán los cambios en el ingreso, pues 3 de los 4
indicadores no se moverán, a menos que ocurra un evento extraordinario.
Así que es
necesario hacer dos cosas para establecer el movimiento del IDH en el largo
plazo y para determinar la incidencia del cambio en el ingreso (PIB)
sobre el cambio en la salud y educación.
Primero, hay que
disponer de una serie estadística que contenga los mismos países y lo más larga
posible. La información disponible en la Base de Datos del PNUD que
acompaña el informe de 2017, tiene una serie de 1990-2015 y de los 188 países
para los cuales se calculó puntualmente el IDH en el informe de 2017, solamente
hay información completa para 144, de manera que para saber si la República
Dominicana mejoró o empeoró su posición en el mundo hay que compararla con esos
144 países a través de 25 años.
Segundo, hay que
desagregar el índice y separar el componente del ingreso del componente
combinado de salud y educación para todos los países, a fin de determinar el
impacto del cambio en el ingreso sobre el cambio en salud y educación.
¿Qué ha pasado
en el largo plazo con el Índice de Desarrollo Humano en la República
Dominicana?
Casi todos los
países del mundo han mejorado el IDH, la República Dominicana no es la
excepción, sin embargo, cuando se compara con otros países la posición
dominicana prácticamente no se ha movido en el largo plazo (de hecho ha
retrocedido acumulativamente una posición), estando mejor colocado en la década
del noventa del siglo pasado que en la década del 2000 (Gráfico 1). Además,
80 países (56%) tuvieron un mejor desempeño que la República Dominicana y 64
países (44%) registraron un peor desempeño en los 25 años. Es de notar también
que 66 avanzaron y 78 retrocedieron en el IDH.
¿Ha aprovechado
la República Dominicana el crecimiento económico para mejorar la calidad de
vida de la gente?
La respuesta es
no. Se ha ido abriendo una brecha de desaprovechamiento de la posición relativa
del ingreso con relación a la posición relativa del índice combinado de salud y
educación. Esta brecha crece en el tiempo, en particular en los últimos 10
años, siendo una constatación más de la “paradoja del crecimiento económico
dominicano” (ver gráfico 2). En otras palabras, otros países, 137
para ser exacto, han logrado en los últimos 25 años, con los mismos recursos o
menos, mejor desempeño en salud y educación que la República Dominicana.
Esta tendencia
plantea serios cuestionamientos a la forma de cómo ha crecido la República
Dominicana, que lleva a la paradoja de un avance sustancial en la posición
mundial de la “riqueza por habitante”, siendo el país 18 que más avanzó
lugares en el mundo en 25 años y al mismo tiempo retrocedió relativamente
enn salud y educación (ocupó la posición 111). Cabe preguntarse: ¿A dónde
se ha ido ese crecimiento? ¿En qué se ha utilizado? ¿En corrupción? ¿En
Odebrecht, en los Tucanos, en la OISOE y en otros tantos destinos espurios?
La
República Dominicana el 7mo. país del mundo en desaprovechar el aumento del
ingreso real por habitante para mejorar la salud y educación, en 25 años y con
144 países.
Como se ha
indicado en la República Dominicana el nivel de ingreso nacional bruto (INB)
real por habitantes ha aumentado de manera sorprendente entre 1990-2015, hasta
el punto que el país avanzó 15 posiciones y fue el país número 17 en mayor tasa
promedio anual de crecimiento económico en ese período.
A pesar de esa
“riqueza adicional por habitante” el país retrocedió acumulativamente 7
posiciones en un índice de desarrollo humano que combina salud y educación, lo
cual determina un desaprovechamiento de oportunidades acumuladas de 22
posiciones (los 15 que avanzó por mejoría del INB que no se convirtieron en
mejoría de salud y educación más la pérdida de 7 posiciones de estos dos
combinados). Este comportamiento determina que la República Dominicana ocupa el
lugar 7 en el mundo de haber desaprovechado la oportunidad de avanzar en el
ingreso (INB real de PPP) y utilizar ese avance para mejorar la salud y la
educación. (Gráfico 3).
En el mundo, el
que más oportunidades perdió fue China que aumentó su INB a un ritmo
sorprendente de 2.41 veces la tasa de crecimiento anual de RD, para ser el país
que más creció en promedio anual en el mundo para el período, lo cual le
permitió avanzar 56 posiciones en 25 años, pero apenas mejoró 7 posiciones en
salud y educación, lo cual determina un desaprovechamiento de oportunidades
para mejorar la calidad de vida de 49 posiciones.
De los 144
países, hay 71 países que perdieron oportunidades de utilizar el avance ingreso
real para mejorar la educación y la salud. Hay 72 que aprovecharon las
oportunidades para avanzar más en la calidad de vida de su gente y uno
retrocedió en ingreso y calidad de vida en igual magnitud (Cuadro 1).
En resumen,
primero, el índice de desarrollo humano ha mejorado como en casi todos los
países del mundo, pero en la República Dominicana prácticamente no se ha movido
(se deteriora una posición) en 25 años. Segundo, se ha abierto una brecha
creciente entre las posiciones del país en el ingreso real por un lado y en
salud y educación por el otro, dando cuenta de la “paradoja del crecimiento
económico dominicano”. Tercero, es el séptimo país del mundo que más ha
desaprovechado las oportunidades de crecimiento para mejorar la calidad de vida
de la gente.
Estos tres
hechos dan cuenta de un fracaso en la sociedad dominicana. El crecimiento
económico ha servido para cambiar cosas (edificios exclusivos y lujosos,
hermosas avenidas, concentrar riqueza, etc.) pero no para mejorar las
condiciones de vida de la gente.
Finalmente, hay
que responder a una pregunta que hoy día nos moviliza en las calles a una gran
parte de la ciudadanía que está cansada de tantos abusos en el manejo de los
recursos y para quienes es fundamental hacer justicia y terminar con la
impunidad. ¿Quién se ha quedado con tanto con el dinero que ha generado el
crecimiento económico de la República Dominicana en esos 25 años? ¿Se han
apropiado de esos recursos aprovechando la ilegalidad y la impunidad en que ha
vivido el país?
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