lunes, 9 de enero de 2017

PANCARTA - Miles de fotos contra el olvido


Por Raúl Pérez Peña (BACHO)

En la cúpula morada sienten pasión por la ostentación. Gozan fascinados con exhibir fortunas de cuestionado origen. Exportan su tupé con apartamentos lujosos en la Florida, Colorado y Madrid, entre otras latitudes.

Su iniciativa “genial” fueron las Altas Cortes. Y disponer el archivo de groseros expedientes de escándalos por corrupción. Su burla ha llegado al grado de exclamar que quien quiera mantener vivos “los nombres Odrebecht y Tucanazo, tendrá que buscar sus  fotos y pegarlas en las paredes de sus casas.”

La frecuente travesura de sacar temas de circulación, cumple una orientación mediática de Joao Santana, el asesor brasileño, cuyos relevos detrás de las cortinas de Palacio en ese quehacer andan en bajo perfil porque saben la iniquidad que entraña.

A un contertulio de una peña semanal se ocurrió que no estaría mal tomar la intención soterrada del oficialismo con las fotos de los objetos que son “cuerpos del benito” y reproducirlas por miles, para que se masifique la orientación de un nunca jamás a los trucos de contratos sobrevaluados con el 150% de peaje.

Miles de fotos para no olvidar tampoco las artimañas de los ejecutores, conocidos y por conocerse, de las sucesivas marañas articuladas para sacar tajadas lucrativas.

Asumir iniciativas creadoras que marquen para la historia rastros de inmoralidades puede superar con creces el relajo de osadas manipulaciones de funcionarios que ya saturan con sus mentiras o burlas cotidianas.

Con miles de fotos jamás se olvidará la responsabilidad individual ni las colectivas.

Sabemos que el enriquecimiento al vapor cursa una segunda generación, o el relevo de marchantes como los de la OTAN morada, cuyas aventuras en lo mal hecho son de “brinco y espanto”, como diría el paliquero Máx Álvarez, orgullo de La Vega y de crónica deportiva.

Cursamos enero de un 2017 con múltiples interrogantes en el trayecto oficialista y en el de una oposición inofensiva que se debate entre bandazos y cruce de brazos.

Al movimiento social urge reorientaciones que lo depuren del parasitismo y del “avivatismo”.

Año nuevo, pilas nuevas.

No hay PLD que dure 100 años ni pueblo que lo resista.


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