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lunes, 5 de septiembre de 2016

Sigo descifrando el misterio: el aumento de las exportaciones de bienes y servicios 2010-2015


Por Miguel Ceara-Hatton

La semana pasada, esta columna había constatado que entre 2010 y 2015 se produjo una aceleración del crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios no factoriales (7.9% promedio anual) y se había dedicado a tratar de explicar el origen de ese comportamiento y la de esta semana profundiza y sintetiza las explicaciones.

Se constató que el crecimiento se explicaba en un 34% por el aumento de las exportaciones nacionales (las que no son de zonas francas), en 30% por el aumento del turismo, 25% por el aumento de las zonas francas y 9.4% por el aumento de otros servicios.

Se había comprobado que el aumento de las exportaciones nacionales era explicado en un 53% por el comportamiento del oro, el resto lo explicaban los productos menores y otros bienes. Si descontamos las exportaciones de oro, el aumento de las exportaciones nacionales (sin oro) se habría reducido a un 47% del total del aumentó entre 2010-2015 y en el trienio 2013-2015 habría habido una reducción neta de las exportaciones nacionales.

La gran minería y su aporte a la economía

La gran minería, por ejemplo la Barrick Gold, ha abierto una expectativa en la economía dominicana. Si la actividad minera se realiza respetando el medio ambiente, tiene un potencial y una oportunidad de empleos en algunas zonas del país, aunque desde la perspectiva nacional su aporte al crecimiento del PIB está limitado por su condición de enclave (poco o nada encadenamientos productivos), su poco aporte al empleo está limitado al uso intensivo de capital y su aporte al fisco se puede diluir en un gasto público ineficiente y clientelar.

El impacto de la minería en el empleo se puede apreciar en las siguientes cifras:

a) En 2015, para producir un millón de pesos en la minería se requerían 0.23 personas ocupadas mientras que en el promedio de toda la economía se requerían 1.40 personas ocupadas para producir ese mismo millón de pesos. Lo peor es que la brecha de los requerimientos de empleo por unidad de producto en el sector minero y en la economía en general, ha tendido a ampliarse: en la década del noventa para producir un millón de pesos (a valores del 2015) en la minería se demandaba el 72% del empleo de lo que se requería en promedio para toda la economía, en la década del 2000 esa relación se había reducido a más de la mitad (34%) y en trienio 2013-2015 se volvía a reducir un poco más de la mitad (16%).

b) La población total ocupada en minería en 2015 era 11 mil personas, el 0.23% de la PEA ocupada.

c) El ingreso promedio mensual por persona ocupada en la minería es en el 2015 el más alto de la economía dominicana (RD$29,146), el cual es 1.77 veces el ingreso promedio nacional de una persona empleada (RD$16,461).

Esta situación no es nueva, por lo menos del 2000 en adelante el ingreso promedio laboral mensual ha sido el primero o el segundo más elevado. En cuanto a la posibilidad de que el ingreso fiscal se diluya a través de un gasto público ineficiente, clientelar y en desviación de fondos para la corporación política gobernante, es una posibilidad dado el deterioro institucional del país. Esta afirmación no es peregrina. En efecto, el índice de control de la corrupción del Banco Mundial (World Gobernance Index) acusa un deterioro sistemático (relativo y absoluto) para el país, colocándolo en 2014 en la posición 137 de 184 países mientras que en el año 2000 la posición era mucho mejor (123).

Por otra parte, otra fuente que mide indicadores de institucionalidad para 2015-2016, muestra que en esta materia la RD está peor que en el 80-90% de 140 países del mundo. En efecto, el Índice Global de Competitividad señala que en RD hay más “desviación de fondos públicos” que en el 96% de los países; hay más “favoritismo en las decisiones de gobierno” que en el 90% de los países, hay más “desperdicio del gasto público” que en el 90% de los países; hay más “pagos irregulares y extorsión” que el 75% de los países, entre otros indicadores.

En síntesis, la minería puede tener aportes regionales (provinciales) importantes, pero tiene una limitada contribución al PIB por su carácter de enclave, tiene poco impacto en el empleo, aunque paga los mejores salarios y su contribución al fisco está mediada por la institucionalidad política del país que puede diluir esos recursos y afectar el medioambiente.

Recapitulando sobre el turismo

Del crecimiento del turismo entre 2010 y 2015 se ha constatado (artículo anterior) que su aporte al PIB se estancado (alrededor del 7.4% del PIB) y a la generación de empleos tiende aumentar (crece a 4.5% promedio anual mientras el empleo de la economía crece 3.1%), además de que es una actividad donde los ingresos laborales están por debajo de la media nacional (el ingreso mensual de una persona que trabaja en el turismo en 2015, es un 8% menos que el ingreso promedio mensual de una persona trabajadora).

También se verificó que el rápido crecimiento de la actividad turística en RD entre 2010 y 2015 se asocia a un evento mundial de los flujos internacionales de turismo más que a una situación particular del país. En efecto, la región (los países competidores de RD) incluyendo a RD crecieron más rápido que el turismo mundial, aunque otros países competidores (Cuba y Riviera Maya) crecieron más que RD. Este comportamiento determinó una desviación del flujo turístico del resto del mundo hacia la región y a RD.

La crisis de las zonas francas

Las actividades de zonas francas recibieron en 2005 el impacto del desmonte del Acuerdo de Textiles y Vestido de la Organización Mundial de Comercio. Este acuerdo otorgaba un permiso de la OMC a los países desarrollados para aplicar políticas proteccionistas a las importaciones de textiles y confecciones. Al mismo tiempo, los países desarrollados otorgaban privilegios de accesos a grupos de países en desarrollo (amparado en la cláusula de Habilitación del GATT de 1979) de acuerdo a sus vínculos históricos e intereses políticos, que garantizaban acceso privilegiado a esos mercados.

Un ejemplo de ello fue la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (en sus varias versiones) a partir de 1983 y que fue la base para el desarrollo de las zonas francas en general y de textiles en particular. Este desmonte, que se sabía desde 1995 que iba ocurrir en 2005, encontró con muy pocas excepciones al sector empresarial y al Estado Dominicano sin haberse preparado (a pesar de que algunos economistas habíamos advertido a lo largo de una década del peligro que corría la industria) y por lo tanto las consecuencias fueron desbastadoras para varias provincias del país, para el empleo y las exportaciones del sector, sumiéndolo en una profunda crisis del cual parecía que no iba a salir. Fueron 5 años consecutivos de crecimiento negativo en sus principales indicadores y es hasta el 2010 cuando empieza a ser positiva la tasa de crecimiento del empleo y las exportaciones.

Dimensionando la recuperación de las zonas francas

A partir del 2010 ha habido un repunte en el empleo y las exportaciones (dólares corrientes) de las zonas francas. En 2009, la generación de empleos y las exportaciones habían caído a su nivel más bajo en las últimas 2 décadas, sin embargo, en 2015 ambas variables se habían recuperado notablemente. En 2015, el empleo era 1.43 veces más que el nivel de 2009 y las exportaciones eran 1.45. El crecimiento en el empleo de zonas francas se ha duplicado (6.2%) frente al crecimiento del empleo total (3.1%) entre 2010- 2015El sector aportó al empleo total el 3.46%, en una tendencia creciente entre 2010-2015, aunque el aporte al empleo total es todavía modesto y no recupera los niveles anteriores a 2005. En efecto, en 2015 estaba en un 17% menos del nivel de empleo del año 2000 (el más alto de la historia con 195 mil empleos). Asimismo, el salario real promedio mensual del sector (calculado como un promedio ponderado de técnicos y obreros) en 2015 era un 17% superior al de 2009.

¿Qué factores explican el crecimiento del sector de zonas francas?

En primer lugar, la recomposición de las actividades: 4 sectores explican el 78% de los 48.6 miles de nuevos empleos creados. Estos eran: Servicios, Calzados y componentes, Tabaco y derivados, y Productos médicos y farmacéuticos. Los dos primeros explican prácticamente la mitad del aumento. En términos de exportaciones, el CNZFE ofrece una información menos desagregada que los datos de empleos, pero también hay muestras de una recomposición de las actividades.

Segundo, el lento pero firme proceso devaluatorio de un 25% entre 2009 y 2015. Tercero, la aparición de nuevas líneas de producción (calzados, dispositivos médicos). Cuarto, la adaptación tecnología del sector (por ejemplo, pasar de la confección al paquete completo que supone desde el diseño hasta colocar el producto en la tienda detallista). Finalmente, la oportunidad de aprovechar las ventajas de acceso al mercado de EEUU que tiene Haití, entre otros factores.

A manera de resumen


Estas notas se han limitado a explicar los factores que explican el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios entre 2010-2015. Las exportaciones nacionales están relativamente estancadas y solamente motorizadas por las exportaciones de oro que operan como un enclave en la economía dominicana. El turismo se ha activado inducido por factores externos al país y finalmente, las zonas francas se están recuperando por una reestructuración interna (a nivel microeconómico) y con potencial de seguir creciendo.

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