Por
Miguel Ceara-Hatton
La semana
pasada, esta columna había constatado que entre 2010 y 2015 se produjo una
aceleración del crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios no
factoriales (7.9% promedio anual) y se había dedicado a tratar de explicar el
origen de ese comportamiento y la de esta semana profundiza y sintetiza las
explicaciones.
Se constató que
el crecimiento se explicaba en un 34% por el aumento de las exportaciones
nacionales (las que no son de zonas francas), en 30% por el aumento del
turismo, 25% por el aumento de las zonas francas y 9.4% por el aumento de otros
servicios.
Se había
comprobado que el aumento de las exportaciones nacionales era explicado en un
53% por el comportamiento del oro, el resto lo explicaban los productos menores
y otros bienes. Si descontamos las exportaciones de oro, el aumento de las
exportaciones nacionales (sin oro) se habría reducido a un 47% del total del
aumentó entre 2010-2015 y en el trienio 2013-2015 habría habido una reducción
neta de las exportaciones nacionales.
La
gran minería y su aporte a la economía
La gran minería,
por ejemplo la Barrick Gold, ha abierto una expectativa en la economía
dominicana. Si la actividad minera se realiza respetando el medio ambiente,
tiene un potencial y una oportunidad de empleos en algunas zonas del país,
aunque desde la perspectiva nacional su aporte al crecimiento del PIB está
limitado por su condición de enclave (poco o nada encadenamientos productivos),
su poco aporte al empleo está limitado al uso intensivo de capital y su aporte
al fisco se puede diluir en un gasto público ineficiente y clientelar.
El
impacto de la minería en el empleo se puede apreciar en las siguientes cifras:
a) En 2015, para
producir un millón de pesos en la minería se requerían 0.23 personas ocupadas
mientras que en el promedio de toda la economía se requerían 1.40 personas
ocupadas para producir ese mismo millón de pesos. Lo peor es que la brecha de
los requerimientos de empleo por unidad de producto en el sector minero y en la
economía en general, ha tendido a ampliarse: en la década del noventa para
producir un millón de pesos (a valores del 2015) en la minería se demandaba el
72% del empleo de lo que se requería en promedio para toda la economía, en la
década del 2000 esa relación se había reducido a más de la mitad (34%) y en
trienio 2013-2015 se volvía a reducir un poco más de la mitad (16%).
b) La población
total ocupada en minería en 2015 era 11 mil personas, el 0.23% de la PEA
ocupada.
c) El ingreso
promedio mensual por persona ocupada en la minería es en el 2015 el más alto de
la economía dominicana (RD$29,146), el cual es 1.77 veces el ingreso promedio
nacional de una persona empleada (RD$16,461).
Esta situación
no es nueva, por lo menos del 2000 en adelante el ingreso promedio laboral
mensual ha sido el primero o el segundo más elevado. En cuanto a la posibilidad
de que el ingreso fiscal se diluya a través de un gasto público ineficiente,
clientelar y en desviación de fondos para la corporación política gobernante,
es una posibilidad dado el deterioro institucional del país. Esta afirmación no
es peregrina. En efecto, el índice de control de la corrupción del Banco
Mundial (World Gobernance Index) acusa un deterioro sistemático (relativo y
absoluto) para el país, colocándolo en 2014 en la posición 137 de 184 países
mientras que en el año 2000 la posición era mucho mejor (123).
Por otra parte,
otra fuente que mide indicadores de institucionalidad para 2015-2016, muestra
que en esta materia la RD está peor que en el 80-90% de 140 países del mundo.
En efecto, el Índice Global de Competitividad señala que en RD hay más
“desviación de fondos públicos” que en el 96% de los países; hay más
“favoritismo en las decisiones de gobierno” que en el 90% de los países, hay
más “desperdicio del gasto público” que en el 90% de los países; hay más “pagos
irregulares y extorsión” que el 75% de los países, entre otros indicadores.
En síntesis, la
minería puede tener aportes regionales (provinciales) importantes, pero tiene
una limitada contribución al PIB por su carácter de enclave, tiene poco impacto
en el empleo, aunque paga los mejores salarios y su contribución al fisco está
mediada por la institucionalidad política del país que puede diluir esos
recursos y afectar el medioambiente.
Recapitulando
sobre el turismo
Del crecimiento
del turismo entre 2010 y 2015 se ha constatado (artículo anterior) que su
aporte al PIB se estancado (alrededor del 7.4% del PIB) y a la generación de
empleos tiende aumentar (crece a 4.5% promedio anual mientras el empleo de la
economía crece 3.1%), además de que es una actividad donde los ingresos
laborales están por debajo de la media nacional (el ingreso mensual de una
persona que trabaja en el turismo en 2015, es un 8% menos que el ingreso
promedio mensual de una persona trabajadora).
También se
verificó que el rápido crecimiento de la actividad turística en RD entre 2010 y
2015 se asocia a un evento mundial de los flujos internacionales de turismo más
que a una situación particular del país. En efecto, la región (los países
competidores de RD) incluyendo a RD crecieron más rápido que el turismo
mundial, aunque otros países competidores (Cuba y Riviera Maya) crecieron más
que RD. Este comportamiento determinó una desviación del flujo turístico del
resto del mundo hacia la región y a RD.
La
crisis de las zonas francas
Las actividades
de zonas francas recibieron en 2005 el impacto del desmonte del Acuerdo de
Textiles y Vestido de la Organización Mundial de Comercio. Este acuerdo
otorgaba un permiso de la OMC a los países desarrollados para aplicar políticas
proteccionistas a las importaciones de textiles y confecciones. Al mismo
tiempo, los países desarrollados otorgaban privilegios de accesos a grupos de
países en desarrollo (amparado en la cláusula de Habilitación del GATT de 1979)
de acuerdo a sus vínculos históricos e intereses políticos, que garantizaban
acceso privilegiado a esos mercados.
Un ejemplo de
ello fue la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (en sus varias versiones) a
partir de 1983 y que fue la base para el desarrollo de las zonas francas en
general y de textiles en particular. Este desmonte, que se sabía desde 1995 que
iba ocurrir en 2005, encontró con muy pocas excepciones al sector empresarial y
al Estado Dominicano sin haberse preparado (a pesar de que algunos economistas
habíamos advertido a lo largo de una década del peligro que corría la
industria) y por lo tanto las consecuencias fueron desbastadoras para varias
provincias del país, para el empleo y las exportaciones del sector, sumiéndolo
en una profunda crisis del cual parecía que no iba a salir. Fueron 5 años
consecutivos de crecimiento negativo en sus principales indicadores y es hasta
el 2010 cuando empieza a ser positiva la tasa de crecimiento del empleo y las
exportaciones.
Dimensionando
la recuperación de las zonas francas
A partir del
2010 ha habido un repunte en el empleo y las exportaciones (dólares corrientes)
de las zonas francas. En 2009, la generación de empleos y las exportaciones
habían caído a su nivel más bajo en las últimas 2 décadas, sin embargo, en 2015
ambas variables se habían recuperado notablemente. En 2015, el empleo era 1.43
veces más que el nivel de 2009 y las exportaciones eran 1.45. El crecimiento en
el empleo de zonas francas se ha duplicado (6.2%) frente al crecimiento del
empleo total (3.1%) entre 2010- 2015El sector aportó al empleo total el 3.46%,
en una tendencia creciente entre 2010-2015, aunque el aporte al empleo total es
todavía modesto y no recupera los niveles anteriores a 2005. En efecto, en 2015
estaba en un 17% menos del nivel de empleo del año 2000 (el más alto de la
historia con 195 mil empleos). Asimismo, el salario real promedio mensual del
sector (calculado como un promedio ponderado de técnicos y obreros) en 2015 era
un 17% superior al de 2009.
¿Qué
factores explican el crecimiento del sector de zonas francas?
En primer lugar,
la recomposición de las actividades: 4 sectores explican el 78% de los 48.6
miles de nuevos empleos creados. Estos eran: Servicios, Calzados y componentes,
Tabaco y derivados, y Productos médicos y farmacéuticos. Los dos primeros
explican prácticamente la mitad del aumento. En términos de exportaciones, el
CNZFE ofrece una información menos desagregada que los datos de empleos, pero
también hay muestras de una recomposición de las actividades.
Segundo, el
lento pero firme proceso devaluatorio de un 25% entre 2009 y 2015. Tercero, la
aparición de nuevas líneas de producción (calzados, dispositivos médicos).
Cuarto, la adaptación tecnología del sector (por ejemplo, pasar de la
confección al paquete completo que supone desde el diseño hasta colocar el
producto en la tienda detallista). Finalmente, la oportunidad de aprovechar las
ventajas de acceso al mercado de EEUU que tiene Haití, entre otros factores.
A
manera de resumen
Estas notas se
han limitado a explicar los factores que explican el crecimiento de las
exportaciones de bienes y servicios entre 2010-2015. Las exportaciones
nacionales están relativamente estancadas y solamente motorizadas por las exportaciones
de oro que operan como un enclave en la economía dominicana. El turismo se ha
activado inducido por factores externos al país y finalmente, las zonas francas
se están recuperando por una reestructuración interna (a nivel microeconómico)
y con potencial de seguir creciendo.
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