Por
Roberto Fulcar
En afincado
ejercicio de hipocresía política, el Partido de la Liberación Dominicana se ha
echado al hombro y dado de guión a sus bocinas la llamada “Regla de Oro” para
escoger la dirección de las salas capitulares en los ayuntamientos. Para el
oficialismo, sin esa regla -ni de oro ni éticamente preciosa- entraría el mar.
Haciendo
retorcido provecho de la solución que, en un momento de crisis, encontró José
Fco. Peña Gómez para la gobernabilidad en la municipalidad, el gobierno y el
PLD recurren hoy al chantaje de que correrá la sangre el próximo 16 de agosto
si los regidores y regidoras ejercen la facultad constitucional y legal de
escoger entre sus iguales a quienes encabezarán las salas capitulares.
Es decir, el PLD
está postulando que el cumplimiento de la norma, de la ley, como proponen el
PRM, el PRSC y demás fuerzas de oposición constituye una amenaza a la
gobernabilidad. Para el oficialismo, tal vez inspirado en el ejemplo del
presidente-candidato que gritó a todo pulmón: “quiero mi congreso”, el
ejercicio de la democracia sería el factor efectivo para que sangre ciudadana
sea derramada.
Así como el
poder legislativo está llamado a ejercer el control del ejecutivo, asimismo,
las salas capitulares tienen la función de legislar y de controlar a los
ejecutivos municipales, que son los alcaldes y sus Staff de gestión. Pero el
PLD no quiere, como ya el presidente obtuvo “su congreso”, y ordenó que su
Cámara de Diputados sea dirigida por su hermana, también se les quiere
garantizar a cada uno de sus alcaldes “sus salas capitulares”, sus sellos
gomígrafos.
En ese modelo
que quiere imponer el PLD las relaciones ejecutivos-legisladores son insanas,
porque al estar basadas en la complicidad con el poderío absoluto del
alcalde, los regidores reniegan de su responsabilidad de control y reducen su
accionar a legalizar y justificar todo cuanto les ordene el ejecutivo
municipal, al que terminarán después haciendo víctima también del chantaje. Así
las cosas, los servicios públicos serán cada vez menos y de menor calidad.
De manera que la
postura de la oposición, de que se reúna cada sala y sus integrantes voten por
los directivos que prefieran, lejos de constituir una amenaza, representa
un impulso a la institucionalidad democrática en el ejercicio del poder local,
y debe ser defendida y ejercida con civismo y en paz. La democracia, la ética y
la transparencia en la gestión deben ser la regla de oro de la gobernabilidad
municipal.
El reparto y la
complicidad no deben imponerse en los cabildos, porque tienden a prostituirlos
y a reducir la cantidad y calidad de los servicios que deben recibir los
ciudadanos. Si el PLD, partido que registra una fuerte impronta de violencia en
la municipalidad, y que controlan los organismos responsables de
garantizar la paz ciudadana, planea incidentar el 16 de agosto los actos de las
salas capitulares que no controle, como se advierte en sus insistentes
advertencias, cargará con su responsabilidad.
Ellos son
reincidentes en esa conducta. Recuérdese el caso de Piedra Blanca,
cuando para impedir que un regidor ejerciera su voluntad en las elecciones
del bufete de la sala capitular, personeros llevados
por autoridades de ese partido en la provincia Monseñor Nouel provocaron
una balacera que costó la vida delos regidores
Gerardo Antonio Núñez y José Pujols, del PRD, y de los hermanos Eddy y Domingo
Marte Almonte, dirigentes peledeistas.
En
Bayaguana, el alcalde peledeista Nelson Osvaldo Sosa Marte (Opi) está
acusado de quitar la vida en el 2014, mediante el sicariato, de Renato de
Jesús Castillo Hernández, regidor de su partido. En las primarias internas
del PLD, en diciembre del año pasado, a los activistas de esa organización Erasmo
Antonio Medina Espinal, en el sector Los Ciruelitos, Santiago, y Yeral Pérez y
Pérez, en Pescadería, de Barahona, sus propios compañeros les arrancaron
la vida.
En la campaña
para las elecciones del 2000, el país todo fue estremecido por la muerte del
general de brigada Luis Santiago Pérez, FAD, asesinado en el 1999 a martillazos
y palos con clavos incrustados por militantes del PLD, sólo por su
negativa a que le colocaran propaganda en su propiedad. Es a este tipo de
hechos que se refieren sus advertencias?.
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