Por
J. C. Malone
Nueva York.-Cuando el francotirador negro Micah Johnson mató a cinco policías blancos, vengando a dos civiles negros asesinados por policías blancos, despertó escalofriantes temores del inconsciente colectivo estadounidense.
Johnson, un soldado, ejecutó la misión de las Panteras Negras para la Autodefensa, que mataban blancos vengando la muerte de negros desde 1966, hace justamente medio siglo.
Las rimas de la historia, parecen repetir el pasado.
Muchas
cosas resultan muy parecidas.
En los 60 tuvimos asesinatos raciales impunes, como hoy. Aquella revolución sexual promovió derechos femeninos, esta revolución sexual promueve derechos de homosexuales y transexuales. Ayer tuvimos guerra en Vietnam, hoy en todo el medio oriente.
“Negros
armados” siempre aterrorizan al hombre blanco. “Negociar” con las Panteras
Negras era absolutamente impensable; entonces el reverendo Martin Luther King
Jr., planteó la hermandad e igualdad de blancos y negros.
Su oferta era mejor que la de las Panteras Negras, los blancos la aceptaron, estafando humana, política y religiosamente a toda la nación.
Los
problemas raciales, sociales, políticos y económicos, no tienen solución
religiosa. Los derechos civiles fueron un movimiento cristiano, prometiendo la
igualdad de la cristiandad que nunca cumplieron, hoy las iglesias pierden
audiencia e influencia.
Mal momento, porque si los policías blancos siguen asesinando negros, otros negros asesinarán policías blancos; luce indeseable e inevitable.
Vivimos
un enfrentamiento racial abierto, los policías sin uniformes son hombres
blancos matando negros.
A los Panteras Negras los mataron porque estaban armados, y a Luther King, porque promovió la paz y la hermandad, hoy matan negros armados y desarmados.
Bajo
el presidente negro Barack Obama, policías blancos asesinaron más negros que
nunca, nada mejoró, empeoró; la desesperanza es insondable.
El lamentable asesinato de los policías blancos puede separar más a blancos y negros, pero también puede unirlos.
Comparten un sentimiento poderoso, el dolor no tiene color.
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