Por Miguel Ángel Cid Cid
La participación
es un proceso de relación entre dos o más personas. Esa conexión implica dar y
recibir. En ese tú me das y yo te doy, se desarrolla un intercambio donde las
partes no pueden determinar cuánto recibió y ni qué tanto ha entregado.
Participar significa ser parte dé, ser dueño dé.
Es
en ese marco que deberán entrar las nuevas autoridades locales electas, si
quieren conseguir el apoyo de la gente en sus comunidades, cada alcalde debe
emplearse a fondo para conseguir que la población se sienta dueña de la gestión
de gobierno que éste representa. Si no se logra este empoderamiento, jamás se
logrará la integración de los actores locales a la tarea de hacer exitosa la
gestión.
¿Qué tiene esto que ver con el
desarrollo local?
Veamos
el caso de Villa González. Ahí podrá encontrarse algunas respuestas a la
interrogante.
En
el municipio de Villa González se desató un proceso de
participación a todos los niveles sociales y políticos. Los resultados
repercuten aún a todo lo ancho del país. El largo caminar inició con el alcalde
reformista Andrés Alexis Fermín, continuó con Víctor D’Aza y se consolidó con
el Ing. César Álvarez, alcaldes perredeistas.
Estos
alcaldes abrieron las puertas del ayuntamiento desde el año 1997 hasta el 2010,
año en que fueron cerradas. En el proceso se congregaron reformistas,
perredeistas, peledeistas, izquierdistas, e incluso, gente sin militancia
partidaria. Todos bajo un mismo trato humano e incluyente. Esta relación de
respeto mutuo generó un estado de confianza tal entre las partes que las
consultas podían confundirse con un encuentro lúdico entre amigos.
Los
resultados están ahí. El primer municipio del país en hacer Presupuesto Municipal
Participativo y la Ley 176-07, en parte, es producto de ese proceso. Tanto caló
el concepto de participación como práctica cotidiana que en el 2010 adquirió
rango constitucional. Villa González fue la segunda ciudad de la nación en
tener un plan estratégico de desarrollo en ejecución, sólo después de Santiago
de los Caballeros. A esto se suma la gestión de recursos provenientes de la
cooperación internacional como ningún otro municipio pequeño en República
Dominicana.
Seis
años después, en las pasadas elecciones, el Ing. César Álvarez fue electo de
nuevo alcalde de Villa González. Se comenta que los votantes dieron su apoyo al
Ing. Álvarez esperanzados en recuperarel sitial de antaño. Los villagonzalences
aspiran a que se abran de nuevo las puertas de su ayuntamiento.
Si
bien es cierto que para concretar el desarrollo local hay que ver el todo, es
decir, conocer mínimamente el país para ajustar
lo local al contexto nacional, no menos cierto es que también hay que
garantizar que los ciudadanos se convenzan de que ellos son parte del gobierno
del municipio.
Las
nuevas autoridades municipales están obligadas a dejar de lado la concepción de
que ellos tienen la participación por saco y pueden darle a quien ellos
quieran. El desafío de los alcaldes y regidores está en concitar un ambiente de
confianza entre la población local y la gestión de gobierno que estos
representan. Generar semejante ambiente requiere invertir recursos en promover
la participación ciudadana en la formulación y ejecución de los planes de
desarrollo local.
César
Álvarez regresa al ayuntamientode Villa González como resultado de las
expectativas de una gestión compartida por el desarrollo de su municipio.
Seguir su ejemplo puede ser la clave de un segundo mandato para quienes en el
próximo Agosto se inician.
Miguel Ángel Cid
Twitter:
@miguelcid1
29junio 2016
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