Por: Lic. Delcio A. Pérez
Politólogo
Estableció Montesquieu , en su libro El espíritu de las Leyes que un
gobierno Despótico es aquel "... en que uno solo , sin Ley y sin regla, lo
hace todo sin más que su voluntad y su capricho ". Precisa, que
el déspota, es " Un hombre al que sus cinco sentidos le dicen sin
cesar que lo es todo y que los demás no son nada...", no siendo otra
cosa, que un canalla presumido, perverso, y antidemocrático.
De ahí que el derecho a la rebelión contra los gobiernos despóticos haya
sido reconocido desde la más lejana antigüedad hasta hoy, por pensadores de
todas las ideas, de todas las creencias, y de todas corrientes del pensamiento
y la acción socio-política, en el más amplio sentido del término.
Esa prerrogativa del pueblo es tan vieja que en las monarquías
teocráticas de la antigüedad China, era prácticamente un principio
constitucional que cuando el rey gobernase despóticamente, fuese depuesto por
un príncipe virtuoso.
En esa misma dirección, los pensadores de la antigua India plantearon la
resistencia activa contra estos y las ciudades estado de Grecia y la República
Romana, no sólo admitían, sino también que promovían la muerte violenta de los
tiranos.
Apegado a ese criterio, en la Edad Media, Juan de Salisbury, en su Libro
del hombre de Estado, establece que cuando un príncipe no gobierna con arreglo
a derecho y degenera en tirano, es lícita y está justificada su deposición
violenta. Volvemos
sobre el tema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .