Por JUAN T H
“Hay
muertos que van subiendo mientras más su ataúd baja”. Manuel del Cabral.
¿Habrá valido la
pena enfrentar la dictadura de Trujillo para instaurar un régimen de amplias
libertades públicas corriendo el riesgo de terminar desaparecido, preso en los
centros de torturas o asesinado?
¿Habrá valido la
pena el sacrificio de las mariposas María Teresa, Patria y Minerva Mirabal,
“heroínas sin igual”?
¿Habrá valido la
pena salir a las calles con la amenaza de los trujillistas para darle la
victoria al PRD y posteriormente oponerse al golpe de Estado con banderas y
consignas revolucionarias, tomar las armas para defender la constitucionalidad
y el retorno de Juan Bosch al gobierno? ¿Habrá valido la pena la revolución de
Abril? ¿Habrá valido la pena enfrentar la intervención militar de Estados
Unidos con las armas de la dignidad y el decoro patrio en las manos?
¿Habrá valido la
pena enfrentar al régimen despótico y cruel de los 12 años de Joaquín Balaguer
que aniquilo una buena parte de una generación de valientes jóvenes
revolucionarios que exigían libertad y justicia?
Me pregunto,
¿habrá valido la pena que se inmolaran los héroes de Constanza, Maimón y Estero
Hondo, al igual que los muchachos de “las escarpadas montañas de Quisqueya” que
encabezó Manuel Aurelio Tavares Justo, así como los combatientes que murieron
en la Revolución de Abril y durante el desembarco de Playas Caracoles del
inmenso Francisco Alberto Caamaño? ¿Valió
la pena?
¿Habrá valido la
pena tanto sufrimiento, tantas luchas, tantos sacrificios, tanto dolor, tanta
sangre y tanto luto para terminar en el lodo, para terminar en las manos de la
degradación ética y moral que nos arropa en estos momentos?
Tras la muerte
súbita de Hamlet Hermann me he preguntado con pesar, ¿cuáles son los
valores que promueven y patrocinan
nuestras autoridades? ¿El estudio? ¿La investigación científica? ¿El trabajo
honesto y tesonero? ¿El amor por la patria? ¿Son esos los valores que premia y
enaltece o por el contrario premia la vanidad, el individualismo, la corrupción
y la impunidad, el juego de azar y la prostitución?
Hamlet Hermann
fue profesional de altísimo nivel, deportista consagrado, militante del
Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1j4), combatiente de la revolución de
Abril contra las tropas extranjeras, compañero de Caamaño en la guerrilla del
73. Militó en el PLD siendo miembro de su Comité Central hasta que renunció en
1997, es decir, un año después que ese partido llegó al poder, al ver como los principios enarbolados por
Bosch eran ignorado y como se corrompían sus compañeros.
Para este héroe
no hubo procesión que lo llevara de un lado a otro en tributo a sus méritos
patrióticos y revolucionarios; no hubo un decreto declarando tres días de duelo para que la bandera fuera puesta a
media asta en los recintos militares y los edificios públicos. De momento una
calle importante ni un barrio llevarán su nombre.(Este gobierno no tiene calidad moral para homenajear a Hamlet como lo
merece)
Sin embargo, el
nombre de Hamlet estará escrito con letras de oro en la historia y vivirá para
siempre junto a sus compañeros Francis Caamaño, Juan Ramón Payero Ulloa,
Toribio Peña Jáquez, Heberto Lalane José y Alfredo Vargas, entre otros. ¡Sus
restos descansaran en el Panteón del Corazón del pueblo dominicano!
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