Por Miguel Ángel Cid Cid
La solidaridad es un valor humano que viene atado a otros valores, como
por ejemplo, al respeto, a la cooperación, ya la tolerancia. Sobre estos
pilares, la Fundación Solidaridad Inc., como su nombre indica, procura cimentar
su trabajo. En ése batallar la institución ha arribadoa 25 años. De todo ha
sucedido durante el largo camino, incluyendo la amarga pena del fallecimiento
de Félix Castillo, su principal líder y mentor.
Solidaridad estaba dando sus primeros pasos cuando sobrevino el
trágico accidente.Al caer la tarde de aquel31 de marzo de 1992, Félix salió de
su casa en Santo Domingo, a realizar un recorrido por el nordeste del país,
visitando a un grupo selecto de dirigentes cooperativistas.
Era un día lluvioso. Cuando se dirigía a Santiago, estando a la altura
del cruce de Pimentel, un conductor de guagua rebasó de manera imprudente al
vehículo conducido por Félix Castillo Burgos. Éste trató de reducir la
velocidad,lo cual provocóel deslizamiento estrepitoso del vehiculó.El jeep se
estrelló en la zanja del drenaje de la carretera. El fuerte impacto le provocó
heridas graves, causándole horas después la muerte a destiempo al progresista
líder social.
Los dirigentes sociales que le sobreviven en la Fundación Solidaridad,
quedaron profundamente marcados con la partida de su líder. Ellos dicen tener
plena conciencia de que concretizar los postulados de Félix Castillo significa
un reto para toda la vida.
Y no es para menos. Los planteamientos de Castillo están a la
altura del pensamiento humanista en América.
Observemos cómo abordaba la creación del liderazgo capaz de superar el
subdesarrollo de nuestros países: "Debemos
promover el nacimiento de una nueva generación de dirigentes, que se atrevan a
coordinar los trabajos de todos, a facilitar con su aporte la participación de
todos, sin miedo a ser sustituidos por otros que habrán de llegar y continuar
las luchas." (Félix Castillo 1960-1992).
Este postulado, a mi ver, encierra el carácter transformador sobre el
cual Félix Castillo sustentóel camino a seguir para construir, desde el
aquí-ahora, una sociedad justa y humana. Este
es el inmenso reto que tiene en sus manos la Fundación Solidaridad.
Creemos que ellos, los miembros, amigos y colaboradores de esa organización sin
fines de lucro, asumen tal desafío con ardor, amor, y entusiasmo.
En lo adelante, con todo, se impone un estudio
profundodel pensamiento de Félix Castillo. Es una responsabilidad ineludible de
la Fundación Solidaridad facilitar a susvastos amigos y allegados, el legado escrito,
tanto los textos políticos sociales como los trabajos creativos, así como
destacar su actitud desprendida y solidaria hacia los demás, hacia el país y
los testimonios de la conducta cálida y ejemplar de Félix. Que esa sea la
brújula que marque el norte para el trabajo en lo adelante.
Al superar la Fundación este cuarto de siglo, además, importa mirar
hacia atrás el camino andado para mejor comprender los senderos,encrucijadas y
oportunidades de hoy. Porque el futuro
va desvaneciéndose a cada instante en el presente y sin una brújula firme no se
llega demasiado lejos.
Y, para trazar el mapa de los próximos 25 años, Solidaridad necesita
evaluar el por qué de tantos éxitos resonantes. Y el por qué de tantas
oportunidades que no lo fueron tanto.
En fin, esta columna se enorgullece rindiendo homenaje a Castillo, un
amigo entrañable; un ser humano pleno; un hombre bueno. Y felicita
calorosamente a la Fundación Solidaridad Inc. por mantener vivos, por tanto
tiempo, sus sueños.
Les dejo, para finalizar, otra frase célebre de Félix Castillo:
“Somos los amantes sin prendas ni precios que navegamos por la tierra
haciendo caminos”.
Miguel Ángel Cid
Twitter:
@miguelcid1
22diciembre 2015
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