Por Reynaldo Peguero
Los
sistemas verdes de las ciudades están formados por diversos tejidos naturales y
agrupaciones de arboles, flores, yerba, arroyos, norias, acuarios, aves,
animales e insectos, entre otros. Son territorios públicos y privados donde la
naturaleza se presenta con toda la vida y biodiversidad que le
caracteriza. Representan la totalidad de los espacios con vegetación y
corresponden a la suma de las áreas rurales y naturales integradas en el tejido
urbano. Son áreas con muy baja edificación y equipamiento, en las que el
medio construido no agrede, ni irrumpe estructural, ni físicamente en lo
natural.
En la
ciudad que era Santiago hace más de 70 años, el
Parque Duarte se convirtió en el espacio verde central de recreación por
excelencia, hoy con el crecimiento urbanístico y demográfico de la
ciudad, este territorio más que un área verde propiamente dicha, es además
uno de los espacios patrimoniales más significativos de Santiago. Cada
banquito tiene su historia, cada esquina de la glorieta nos habla de emociones,
pasiones y luchas; sus diversos espacios interiores y árboles narran parte de
las tradiciones y la mística de mayor significación de la ciudad, leyendas y
pasajes que serán narrados, escritos y escenificados para generar atractividad
turística.
El Parque Duarte desde el remozamiento y guía del color a cargo del
arquitecto patrimonialista, César Payamps que realizamos a todas las
fachadas del centro histórico de la ciudad en el 2005-2006 en el contexto del
fortalecimiento institucional de este territorio, siempre ha tenido sus
particularidades verdes y propias que se han tomado en consideración. Ese es un
espacio donde todo vale para la historia. Desde la verja donada por la familia
Batlle de origen Catalán, hasta cada uno de sus equipamientos interiores; su
hermosa glorieta central hasta la columna y fuente que culmina en un gorro
frigio de la libertad, dedicada a los héroes de la Restauración de la
Independencia, muchos de los cuales están sepultados en la contigua Catedral
Santiago Apóstol, remozada recientemente.
Por esas
razones la actual intervención del Ayuntamiento de Santiago en el Parque Duarte
que todavía debe explicarse más, aunque generó un reactivo revuelo
ciudadano, se ha fundamentado en un diseño formulado por la oficina del
plan de ordenamiento territorial (POT), donde el arquitecto urbanista
Marcos Gómez y su equipo, han tratado de aportarle un carácter estructurante a
la acción conectando este parque con las edificaciones patrimoniales del
entorno y con la semi-peatonización la calle Benito Monción, muy defendida por
los artistas de la ciudad del entorno de Casa de Arte y 37 Por Las Tablas.
El conflicto jurídico y ciudadano por la defensa de la arborización del
parque Duarte ha mermado y las obras del parque siguen avanzando a buen
ritmo, así mismo acontece con las acciones de la calle Benito Monción, también
diseñadas por la oficina del POT, donde algunas familias tienen justas quejas, pero
los artistas escénicos y visuales han asumido un liderazgo de actividades de
mucha atractividad.
De acuerdo a los diagnósticos de uso de suelo del PES 2020 en el entorno
del Parque Duarte, el acceso al verde supera todos los indicadores
internacionales establecidos por Naciones Unidas y ONU Hábitat acumulando
de 20-80 metros cuadrados de verde por habitante (Indicador Basal= 8mts
cuadrados/hab). De ahí que la intervención en este parque ha actuado en un
área donde realmente existe una sobreoferta del verde. Cada árbol de
los cortados o protegidos fue diagnosticado y censado por iniciativa del
Consejo del Centro Histórico y técnicos de la universidad ISA. Pero en una
ciudad metrópolis de 103 Km cuadrados donde el verde hace falta, y en un siglo
XXI donde la ecología más que ciencia, es un modo de vida y una auténtica
demanda de la ciudadanía, cualquier agresión a un árbol genera conflicto.
La distribución del espacio público correspondiente a las áreas verdes y
recreación de la ciudad de Santiago para el 2010, año base del Plan
Estratégico, indica que el 54.0% de los barrios de la ciudad tienen menos
de 1 metro cuadrado por habitante, siete metros menos que lo exigido por
Naciones Unidas.
Esta realidad afecta a una población estimada de más de 350 mil
habitantes, que equivalen a 56.0 %. Esto significa que la mayoría de la
población de la ciudad de Santiago no tiene acceso apropiado al disfrute de
espacios públicos verdes y de recreación en el sector donde habita. Se trata de
habitantes que no viven en el centro histórico y en todo el polígono urbano
central de la Unidad Zonal de Planificación No. 1, sino que son residentes
en sectores urbanos ubicados preponderantemente en la zona norte, noroeste, y
sur de la ciudad. En la otra seguimos.
Por Reynaldo Peguero es Director del Plan Estratégico de Santiago
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