martes, 24 de marzo de 2015

Industrialización y exportaciones de carbón, peligro nacional


POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA

La práctica de algunos empresarios de fomentar y exportar carbón vegetal de nuestro país para llevarlos  a diferentes países entre ellos, el destino natural y permanente, Haití, es latente en nuestras comunidades, la última referencia y prueba es la noticia que se refleja en la prensa de hoy, en la que  una procuradora fiscal de medio ambiente, señora  Francia Calderón, la cual ordenó el arresto en Jimanì por tránsito hacia Haití con un camión cargado de carbón al nombrado Juan Matos, quien  fue detenido y  acusado de intento de agresión junto a un grupo de conciudadanos, de los funcionarios acompañantes de la referida procuradora,  específicamente a los procuradores de San Juan y Constanza.

En nuestras comunidades, en zonas como Bateicito, zona de Galván y el Palmar,   por ejemplo hemos visto esa práctica, y advertimos, que no se usen  estas letras para perseguir agricultores y ganaderos, los cuales, reguladamente tendrán que derribar especies como la  Bayahonda  para la labor reproductiva, cuya actividad genera una madera de desecho que justifica su conversión  controlada a carbón.

Dos elementos fundamentales leemos de esa situación, una,  la agresividad y fuerza que exhibe el personal ligado al  negocio de carbón de exportación, y el otro,  la calificación de ilegal, esta última genera dos vertientes, la primera es lo ilegal por el modo en que se genera la parte tècnico-burocràtico para la tumba y quema del bosque, y la segunda es la contraproducencia que representa la exportación de este estratégico recurso natural, habidas cuentas de que lo único que pudiera justificarlo sería el fomento de fincas energéticas, de lo cual adolece nuestro país.

El tema del carbón es más grave  de lo que parece y es necesario que el país tome medidas al respecto, a fin de que ese codiciado producto nuestro, que está causando furor en las cocinas de diferentes países  del área tenga niveles de control adecuado, la peligrosidad de esta demanda es evidente, ya que los mercados son estímulo.


La especialización de políticas, logísticas y personal en las fronteras, (tierra y agua) en estos tiempos tienen carácter de prioridad, la comunidad haitiana exhibía al igual que nosotros una cobertura boscosa del orden del  sesenta por ciento, cerca de cien años atrás, y en nuestros tiempos, mientras dominicana cuenta con algo más de un 30 a 32%, el de Haití no llega al 2%, en dominicana se ha proliferado el uso de la hornilla a  gas licuado de petróleo, mientras que en Haití sigue le fogón en piedras a base de leña y el famoso carbón.

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