POR
JOSE ANTONIO MATOS PEÑA
La práctica de
algunos empresarios de fomentar y exportar carbón vegetal de nuestro país para
llevarlos a diferentes países entre
ellos, el destino natural y permanente, Haití, es latente en nuestras
comunidades, la última referencia y prueba es la noticia que se refleja en la
prensa de hoy, en la que una procuradora
fiscal de medio ambiente, señora Francia
Calderón, la cual ordenó el arresto en Jimanì por tránsito hacia Haití con un camión
cargado de carbón al nombrado Juan Matos, quien fue detenido y acusado de intento de agresión junto a un
grupo de conciudadanos, de los funcionarios acompañantes de la referida
procuradora, específicamente a los
procuradores de San Juan y Constanza.
En nuestras
comunidades, en zonas como Bateicito, zona de Galván y el Palmar, por
ejemplo hemos visto esa práctica, y advertimos, que no se usen estas letras para perseguir agricultores y ganaderos,
los cuales, reguladamente tendrán que derribar especies como la Bayahonda para la labor reproductiva, cuya actividad
genera una madera de desecho que justifica su conversión controlada a carbón.
Dos elementos
fundamentales leemos de esa situación, una, la agresividad y fuerza que exhibe el personal
ligado al negocio de carbón de exportación,
y el otro, la calificación de ilegal,
esta última genera dos vertientes, la primera es lo ilegal por el modo en que
se genera la parte tècnico-burocràtico para la tumba y quema del bosque, y la
segunda es la contraproducencia que representa la exportación de este estratégico
recurso natural, habidas cuentas de que lo único que pudiera justificarlo sería
el fomento de fincas energéticas, de lo cual adolece nuestro país.
El tema del
carbón es más grave de lo que parece y
es necesario que el país tome medidas al respecto, a fin de que ese codiciado
producto nuestro, que está causando furor en las cocinas de diferentes países del área tenga niveles de control adecuado,
la peligrosidad de esta demanda es evidente, ya que los mercados son estímulo.
La especialización
de políticas, logísticas y personal en las fronteras, (tierra y agua) en estos
tiempos tienen carácter de prioridad, la comunidad haitiana exhibía al igual
que nosotros una cobertura boscosa del orden del sesenta por ciento, cerca de cien años atrás,
y en nuestros tiempos, mientras dominicana cuenta con algo más de un 30 a 32%,
el de Haití no llega al 2%, en dominicana se ha proliferado el uso de la
hornilla a gas licuado de petróleo,
mientras que en Haití sigue le fogón en piedras a base de leña y el famoso carbón.
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