Por
Melvin Mañón
Este artículo fue escrito a raíz del
encuentro de Leonel Fernández con los miembros del Comité Central del PLD que
lo apoyan. No lo había enviado porque sentía que le faltaban y/o que le
sobraban cosas. Ahora que se ha anunciado una reunión del Comité Político del
PLD para el próximo jueves he considerado oportuno publicarlo. Una de las
razones para hacerlo es que esa reunión confirma la hipótesis central del
presente artículo.
A pesar de todas las apariencias, a Danilo
Medina no le conviene intentar la reelección. Tampoco quedaría bien, ante su
propio partido y gobierno, si se opusiera abiertamente a ella. No significa que
el señor Medina pueda o no resistir la tentación y quiera reelegirse ni que
pueda lograrlo sino de que, simplemente, no es la mejor opción para él porque
tiene otras. Ni siquiera le conviene que gane el PLD con ningún candidato a
menos que fuera el mismo. A Danilo Medina persona no le conviene la reelección
por dos razones.
Antes de que termine el mandato de quien
sea escogido en el 2016 y puede ser incluso antes de que termine el presente
periodo, la República Dominicana tendrá que vérselas con una crisis de deuda de
envergadura y deberá afrontar sus secuelas.
No hace falta repetir los números ya
publicados por Miguel Ceara Hatton, Fernando Alvarez Bogaert y Arturo Martínez
Moya entre otros ni tampoco acudir a los informes del FMI, el Banco Mundial ni
las calificadoras de riesgo que ya colocaron al país en B+, la antesala de la
categoría basura.
La crisis viene y viene grande aunque,
ya lo sé, nadie se lo quiere creer. Pero viene. A Danilo Medina persona,
repito, le conviene que sea otro el que cargue con la impopularidad de esa
crisis que él mismo ha contribuido significativamente a agravar añadiendo
nuevos y masivos endeudamientos.
Ese endeudamiento masivo de Danilo
Medina le ha permitido gobernar sin tener que racionalizar y adecentar la
administración pública comprometida con el financiamiento de la maquinaria PLD
y la misma corrupción de antes.
La crisis afectará seriamente y
arrastrará de hecho a la banca comercial debido a:
1.-crédito masivo al sector público,
2.-cartera comprometida en exceso en
financiamiento al consumo y
3.- niveles de inversión temeraria en el
sector inmobiliario. Los dos últimos dependientes del narco y del lavado.
La segunda razón por la que a Danilo
Medina no le conviene intentar la reelección es porque, un triunfo electoral de
la oposición, que ahora nadie ve inminente y muchos ni siquiera ven como
posible, conduciría al desmantelamiento de la maquinaria peledeista en el poder
y al enjuiciamiento de los más conspicuos representantes de la corrupción.
Al señor Medina le conviene que le
quiten toda esa gente que no se ha atrevido a quitar él mismo por las ataduras
con que vino al poder. Entonces quedaría con las manos libres para nombrar y
reorganizar un próximo gobierno en el 2020 ya que, en su caso, la edad no es un
obstáculo.
Que otros hagan el trabajo de empezar la
limpieza de los Establos de Augias, una tarea que no quiere y/o no puede hacer
él. De hecho, nunca he logrado imaginarme a Danilo Medina persiguiendo
judicialmente a Leonel. Adversarlo es una cosa. Competir, despreciarlo e
incluso odiarlo, todo eso es posible pero no logro imaginármelo persiguiéndolo
judicialmente ni logro imaginarme al PLD y demás dirigentes acudiendo,
aplaudiendo o rehusando la encomienda.
La paradoja consiste en que si bien eso
es lo que le conviene a Danilo Medina en lo personal (no significa que no lo
vaya a hacer) como ya explicara antes en mi libro ENIGMA eso no es lo que le
conviene al PLD maquinaria que necesita seguir en el poder como sea y con quien
sea. Si Danilo se opusiera a la reforma constitucional su propio partido le
increparía y el equipo que lo acompaña ahora trataría de obligarlo a aceptar.
Si no cediera volverían a increparlo de la siguiente manera:
-Si usted no se postula perdemos. ¿Es
eso lo que usted quiere?
Danilo Medina, en caso de no buscar la
reelección no podría responder afirmativamente a esa pregunta. Tendría que
pretender que la no reelección está en conformidad con su promesa inicial, con
las imposibilidades legales, con la trama política en el congreso y
consideraciones como la de dar oportunidad a otras figuras del mismo partido
que aspiran al cargo.
Pero la tropa peledeista no se engaña.
No quieren riesgos sino continuidad y ellos creen que, al menos en la
actualidad, ganarían seguro con Danilo. Esta creencia es debida y
cotidianamente reforzada con encuestas cuya finalidad es, parcialmente,
consagrarlo como verdad.
Por su parte, Leonel Fernández, que ha
tenido hasta ahora en sus manos la posibilidad legal de autorizar o negar la
modificación de la Constitución quiere ser postulado él pero, como dije antes,
por razones diferentes. Leonel, gestiona su propio proyecto que no es
necesariamente el mismo del PLD maquinaria; busca seguridad y garantías de
impunidad que ya no confía en nadie para que se las provea. Pero su realidad se
deteriora por horas dentro y fuera del PLD y las fuerzas que le adversan
aumentan de tamaño y ganan en disposición.
La carrera de Leonel por la nominación
del PLD es una cuesta empinada, resbalosa, llena de obstáculos e
incertidumbres. Su proclama el pasado jueves de que la Constitución no debe
tocarse fija una posición inequívoca pero vale observar, eso es lo que le
conviene a él y no necesariamente al PLD. Las declaraciones de Gonzalo Castillo
ministro de Obras Públicas de que la reelección es indetenible fija otra
posición que debería motivar la pregunta. ¿Habla por Danilo o por el PLD maquinaria?.
Leonel Fernández tendrá que evitar que
el Congreso conozca y apruebe una reforma a favor de la reelección pero, como
van las cosas, es posible que no pueda evitarlo porque sus propios legisladores
podrían abandonarlo en el momento que se convenzan de que Leonel no pasará. De
nuevo, el asunto no es Leonel ni Danilo y sus ambiciones personales.
Naturalmente, Leonel se ha encargado de
producir encuestas cuyos resultados lo dan ganador, pero está más cerca de la
verdad la creencia de que ni el gana ni lo van a dejar ganar. Las fuerzas que
lo cuestionan, las que se le oponen y los que desertan constituyen una barrera
cuasi infranqueable y el fraude a la escala que él lo ha practicado antes es
improbable aunque no imposible en el 2016.
La última palabra en este conflicto no
es de ninguno de los contendientes sino del PLD maquinaria. La gente de Danilo
habla abiertamente de reelección, la de Leonel de no tocar la constitución.
Dejando a un lado los aspectos personales y las rencillas el único terreno
donde podrían transarse Leonel y Danilo es en la escogencia de una tercera
persona del PLD. Pero esta opción tiene un fallo grave.
Ninguno de los aspirantes a la
nominación por el PLD ha logrado un impulso creíble en un partido desarticulado
y envilecido. Esa opción, si es que se produjera, alimenta a una oposición
incompetente y desarticulada dotándola de las posibilidades que hasta ahora no
se han hecho evidentes.
Si Leonel no es postulado o si obtiene
la postulación pero no gana, está liquidado política y legalmente porque ya
nada ni nadie podría detener la acción judicial en su contra. Ahora bien, si
Leonel ganara unas elecciones solamente lograría posponer la acción judicial en
su contra porque los delitos de que se le acusa no están para prescribir.
Conviene nunca olvidar que el PLD no
ganó las elecciones del 2012. Esas elecciones las ganó el PRD con Hipólito
Mejía y para consumar el resultado final fue necesario incurrir en un déficit
fiscal descomunal y en todos los tipos de trampas y fraudes perpetrado por ese
PLD que había llegado a la conclusión de que, con Danilo Medina, tenía
posibilidades de seguir en el poder porque de lo que se trataba era de impedir
el ascenso de Hipólito Mejía y con ello la posibilidad de perseguir y enjuiciar
a los corruptos empezando por el propio Leonel.
En efecto, en el 2012 los peledeistas
perdieron las elecciones pero siguieron en el poder. Ahora, en el escenario
actual es difícil esperar que el gobierno de Medina se enlode más de lo que ya
está para ayudar a ganar a un Leonel Fernández cuestionado, desacreditado y
amenazado dentro y fuera del país. Pero el PLD maquinaria no vacilaría en
hacerlo.
Hay tres actores en el escenario y uno
de ellos, el PLD maquinaria todavía no ha desplegado todo su poder a favor de
lo único que verdaderamente le interesa: continuar en el poder. Como puede
verse, estamos en el umbral de una oportunidad para varios actores. Esperemos a
ver si el PLD maquinaria ha decidido entrar en acción y repito, no les importa
un carajo Danilo ni Leonel, sino seguir en el poder, con quien sea y como sea.
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