Por
Adriano Espaillat
Senador
Estatal de Nueva York
De la población
mundial la mitad son mujeres que son las madres de la otra mitad.
La mujer es el pilar
de la familia, la fuente de inspiración de los niños, la gran protectora y
formadora del hogar.
Desde 1911, se
celebra el Día Internacional de la Mujer, y en 1977, la Asamblea General de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 8 de marzo como Día
Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
En este día se
conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el
hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Gracias a su
esfuerzo, muchas mujeres han hecho valer sus derechos de marchar a la par con
los hombres y han alcanzado grandes conquistas que apenas unos años atrás
(cuando ni siquiera tenían el derecho al voto) parecían inalcanzables, entre
ellas ser presidentes de naciones.
Lo lamentable es que
todavía hoy día, en pleno siglo XXI, la mujer reciba un trato inferior al
hombre y más aún en una nación desarrollada como la nuestra, en los Estados
Unidos. Digo esto porque todavía hoy muchas mujeres son discriminadas por su
género al recibir un salario más bajo que los hombres aunque ocupen el mismo
puesto de trabajo.
Así como los
derechos económicos, sociales y culturales se consideran derechos humanos, la
igualdad salarial debe ser uno de los Derechos Humanos. Soy ferviente
partidario de que a la mujer se le pague un salario igual por trabajo de igual
valor.
Por esa razón, no
sólo respaldé la Agenda de Igualdad para la Mujer del Gobernador Andrew Cuomo
sino que organicé un encuentro entre el Gobernador y la comunidad del Alto
Manhattan para promover públicamente esta agenda que, además de la igualdad de
salario, tiene las siguientes metas: el cese del acosamiento sexual en todo
lugar de trabajo; el derecho a recuperar los honorarios legales en casos de
cuestiones de empleo, crédito y préstamos; el fortalecimiento de las leyes
tocantes a la trata de personas; poner fin a la discriminación en base al
estado civil; poner fin a la discriminación en base a la fuente de ingreso;
poner fin a la discriminación en contra de las víctimas de violencia
intrafamiliar; poner fin a la discriminación por embarazo; y proteger el
derecho de elección de la mujer.
Un punto muy
importante de esta agenda de Igualdad para la Mujer es proteger a las víctimas
de violencia intrafamiliar reforzando las leyes de órdenes de protección.
Me siento orgulloso
de haber sido el primer oficial electo que contribuyó en la realización de
la Marcha de las Novias, evento comunitario de denuncia y condena de la
violencia doméstica en memoria de Gladys Ricart y otras víctimas de este crimen,
y he promovido entre mis colegas legisladores locales, estatales y federales la
necesidad de legislar y asignar más recursos en programas de asistencia y
prevención contra la violencia doméstica que afecta desproporcionadamente a la
mujer.
En el Día
Internacional de la Mujer agradezco y felicito a todas las mujeres e invito a
mis colegas en la Legislatura Estatal a legislar para que la mujer alcance, de
una vez y por siempre, el gran espacio de igualdad que le pertenece.
El Senador Adriano Espaillat representa partes del
Alto Manhattan & El Bronx y es el Presidente de la Conferencia Latina del
Senado Estatal.
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