jueves, 5 de febrero de 2015

La cruzada de Hatuey Decamps


Por Luis Aníbal Medrano S.

Se ha iniciado un proceso interesante en el mundo político dominicano con el surgimiento de una cruzada en contra de un pretendido unipartidismo que el Partido de la Liberación Dominicana busca implantar sin importar el costo que esto equivalga.

Ciertamente esa cruzada es fundamental para frenar los aprestos de un partido político cuya formación dista mucho de su accionar actual y sus planes futuros. Hay que detener al PLD con un muro de contención erigido con la voluntad de todos los sectores nacionales que ven con desagrados como la desfachatez legislativa, la inmoralidad judicial y el saqueo administrativo estatal, es auspiciado por esa organización. 

La cruzada debe darse para aplacar la voracidad morada cuyo amarillo de su estrella, sin temor a equivocarnos, representa la pus de la putrefacción moral en que ha caído lo que una vez fue ejemplo en América Latina, cuando los principios éticos y revolucionarios primaban sobre la grotesca ambición desmedía que ha arropado a sus actores principales, conjuntamente con sus socios corrompidos y tocados por las ponzoñas de la depredación económica.

Es necesaria la conformación de un gran frente opositor político que haga recordar los grandes acuerdos nacionales a los que solamente las balas y fusiles con pañuelos rojos pudieron detener. Un frente político opositor que aglutine a los diversos sectores nacionales que no salen del asombro por la forma meteórica en que han acumulado riquezas la gran mayoría de los componentes del comité político peledeista.   

Se puede catalogar como una misión redentora la iniciada por el licenciado Hatuey Decamps Jiménez, a quien no se debe dejar solo en esa importante batalla, porque con esto el experimentado político dominicano busca salvar al país de las garras de las Hienas que encabeza el depredador del partido morado (color que los dominicanos asociamos al luto).

Si Hatuey lograr reunir bajo la cobija de la democracia auténtica a toda la oposición política dominicana, habrá que hacerle un monumento y colocarlo en el lugar más visible del territorio nacional para que la presente y futuras generaciones vean en él un héroe nacional por haber impulsado la salvación del país.

Ojala y logre triunfar con esa cruzada, esa acción lo catapultaría a la gloria y daría un claro ejemplo de que en la unidad los pueblos labran su futuro y logran decir ya basta a sus malos ciudadanos que anteponen sus intereses personales a los del pueblo en sentido general.

Ahora bien, estamos plenamente de acuerdo y coincidimos de manera exacta con los pronunciamientos de doctor Guido Gómez Mazara cuando advierte que incluir a Miguel Vargas Maldonado es desprestigiar (agregamos embarrar), el proceso de aglutinamiento, incluir a ese odiado personaje, culpable por demás de la permanencia del PLD en el gobierno, es granjearse la mala voluntad y hasta la repulsa de millones de ciudadanos que no quieren saber de ese empresario de la política.

No debe ser incluido Miguel Vargas Maldonado en esta cruzada porque simplemente este señor es un muchacho de mandado, un empleado político, un títeres no disimulado del león que con sus rugidos corrompió todos los estamentos del Estado dominicano para ponerlos a sus servicios y hacer y deshacer  bajo su diabólica voluntad. Miguel no es más que un prisionero de sus compromisos económicos y judiciales y el príncipe de Villa Juana capitalizó eso.   

Pero de paso, la cruzada de Hatuey puede salvar la parte sana del Partido Revolucionario Dominicano y sumarla, porque muchos líderes locales en toda la geografía nacional están buscando una brecha para zafarse de la dictadura que allí impera y que solo esperan un clara señal de garantía para desarrollar sus liderazgos sin dedos impositores que los bloquee.

El país dominicano tomará un nuevo rumbo, y la cruzada impulsará ese logro ya que la unidad por un mejor país que debe ser el norte a seguir por todo aquel que le duele y quiera contribuir a espantar las aves de carroñas que han despellejados la economía nacional.

Una cruzada exitosa, con una propuesta presidencial refrescante que satisfaga las aspiraciones de los dominicanos, que se comprometa con realizar un gobierno compartido, incluyente, donde todos los sectores de avanzada se sientan representado, representa una nueva era en la vida política dominicana.

Los dominicanos y dominicanas quieren un país seguro, con oportunidades de progreso para todos y todas, no un país para tres docenas de negociantes políticos apandillados en un llamado comité político, que mas bien debería llamarse comité de saqueo nacional.

Luis Aníbal Medrano S., es periodista, locutor y político, residente en New York.



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