Por Luis Aníbal Medrano S.
Se arribó al presente año 2015
y la crisis en la institución que una vez pareció impermeable a la avaricia
política partidista no se ha resuelto, el cáncer de la intolerancia corroe
lentamente a la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu). Que pena da.
Lo que parecía impensable ha
sucedido en las manos del presidente de Fedomu, licenciado Juan de Los Santos,
ha estallado el trance de mayor envergadura con consecuencias funestas para la
institucionalidad de la llama sombrilla del asociativismo municipal dominicano.
Tal parece que sus asociados
cayeron en un gancho histórico al creer que por la proximidad con el presidente
constitucional de la República, Danilo Medina Sánchez, el empresario alcalde de
Santo Domingo Este facilitaría las cosas para la Fedomu, pero resulta y viene a
ser que se dejó arrastrar por la terquedad, la avaricia, pedantería,
fanfarronería, y cuantos calificativos sean apropiados para etiquetar a quien
sin duda alguna es el autor de una tragicomedia indeseada.
Resulta penoso, independientemente
de la simpatía política que se pueda tener, que la carrera política de Juancito
Sport se vea enlodada por atrincherarse y exigir la permanencia del
todopoderoso, del supremo hacedor de la
municipalidad universal, del genio de la matica, licenciado Víctor D’Aza (a
quien apodan como Sultán Cibaeño), o en su defecto una marioneta encubridora.
Catorce años de existencia,
con luces y sombras, con aciertos y desaciertos, se quieren tirar por la borda
como si los funcionarios municipales electos que conforman la entidad se
merecieran ser parte de una madeja de
intereses puramente personales que están provocando el hundimiento irreversible
de su entidad y de paso acrecentar la desconfianza ciudadana en ellos.
El contenido del presente
trabajo es realizado con dolor de ver que la entidad que en su momento
sustituyó el rol de asesor de la Liga Municipal Dominicana, precisamente donde
el mismo personaje contribuyó que así fuera, sucumbe bajo los pies de un
nepotismo rancio que no se justifica y más cuando el autor del desastre
asociativo municipal no fue sometido a un proceso electoral al igual que sus
jefes.
Tenemos la honra de estar
involucrado en el municipalismo desde los años 80, gracias a la oportunidad que
nos permitió el ex sindico Rafael Antonio Suberví Bonilla (Fello), como miembro
de su equipo de prensa; de haber servido a Fedomu durante seis años,
manteniendo un nivel aceptable en los medios de comunicación, cuyo trabajo no
fue tarea fácil ya que se me prohibió (sin justificación valedera) la
elaboración de nuestro periódico municipal impreso, entre otras repesiones.
Estos argumentos anteriores lo
que quieren expresar es mi apego al municipalismo, pero a un municipalismo auténtico
sin prevaricación ni enriquecimiento, un municipalismo que favorezca a los ciudadanos
y ciudadanas que han reclamado a través de los tiempos una mejor calidad de
vida como consecuencia de buenos servicios municipales.
Lo nuestro no es personal en
contra de nadie, es una lucha a favor de los alcaldes y alcaldesas, regidores y
regidoras, directores y directoras de distritos municipales, vocales y cuanto
funcionarios municipales que llegaron a sus diferentes posiciones con el deseo
de servir a sus diferentes comunidades y trabajar por mejores municipalidades y
así contribuir al desarrollo de la nación.
Gracias a Dios no ejercemos un
periodismo de chantaje, nuestros pasos por la comunicación ha sido ligado
estrechamente con mi espíritu municipalista, por eso nos sentimos con la moral
y valentía suficiente para denunciar todos y cada uno de los actos bochornosos
que erigen paredes inmorales para que la municipalidad no avance y esté
supeditada a la irreverente voluntad de mercenarios
mercantilistas que se han lucrado con pingues beneficios injustificable.
La solución del conflicto de
Fedomu tiene que darse lo más pronto posible porque se está enviando un mensaje
nocivo a la ciudadanía de que el país todo marcha de acuerdo al capricho del
momento, y no debe ser. La postergación de su asamblea, la constante búsqueda
de solución con resultados nada agradable, la permanencia de autoridades y
funcionarios con ribetes de ilegalidad, hacen que los cuestionamientos a la
existencia de Fedomu aumenten.
Cometemos nuevamente el
atrevimiento de recomendar a las autoridades municipales con incidencia en
Fedomu, que salven esa institución, que no la dejen morir, que la gran mayoría
de ustedes son figuras respetadas en sus diferentes comunidades, que su
liderazgo puede ser afectado por el rumbo torcido por el que han llevado a su
organización personas que solo les interesa lucrarse sin importar las
consecuencia.
Cuanto me gustaría que todos
los asociados serios de Fedomu se empantalonaran y tomaran el Toro por los
cuernos y expresaran: ya esta bueno aquí mandamos nosotros y de esa manera
clausurar el túnel que los está llevando a la desintegración.
Luis Aníbal Medrano S., es Periodista, locutor y municipalista
residente en EEUU.
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