Por Leonardo Plata
Los diferentes escándalos que se han registrados en
ese bendito departamento, llamado Dirección Central Antinarcóticos, mejor
conocido por sus sigas DICAN, han sido objeto de cuestionamiento y censuras por
parte de los diferentes sectores de la sociedad, que siempre han demandado que
este organismo, perteneciente a la policía nacional, se disuelto de una vez y
por todas.
Este organismo interno, que fue creado mediante orden
general no.03-(1975), que sustituyó a la policía antinarcóticos, disque para
elevarlo de categoría, o sea, que ese departamento, ni es contrario a la ley,
ya que el único organismo que está facultado para combatir el tráfico y consumo
de drogas o sustancias controladas es la dirección nacional de control de
drogas, otro organismo que no es tan santo que digamos, pero es el órgano
instituido por la ley 50-88 sobre droga y sustancias controladas en la
república dominicana, promulgada por en ese entonces presidente de la república
Doctor Joaquín Balaguer Ricardo.
Pero lo cierto es que los escándalos de drogas
desaparecidas, de altos oficiales que han estado en ese departamento, que se
han visto envuelto en casos sonados de narcotráfico, nos dice que este
organismo, para lo único que ha servido, es para hacer millonarios y ricos a
generales, a oficiales superiores y subalternos, que han desfilados por allí.
Pero lo más preocupante, es que las declaraciones
ofrecidas por el actual jefe de la policía nacional, mayor general Manuel
Castro Castillo, de que “el DICAN no va a desaparecer, es una evidencia, que
hay pejes gordos, tantos civiles como militares y que el DICAM, es un antro de
corrupción y podredumbre de una policía nacional, que también tiene una muy
mala imagen de la sociedad en sentido general.
Hasta cuando la sociedad dominicana, tendrá que
soportar tantos escándalos de corrupción, de funcionarios y de instituciones
que están llamadas a combatir el crimen organizado, pero que las mismas
terminan siendo cómplices y socios de esas mafias criminales.
El pueblo dominicano, debe empoderarse y exigir a una
sola voz, que el DICAN, se disuelto, que sea desaparecido de la faz de la
tierra, pero también que a los responsables de esas acciones corruptas, dolosas
y criminales, sean cancelados deshonrosamente y sometidos a la acción de la
justicia.
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