Por Eduardo J. Tejera
Al comenzar el 2015 la mayoría de todos los dominicanos deseamos ver la
formalización del PRM con su institucionalidad a nivel nacional y con sus
organismos de decisión democráticos en plena vigencia. Este será el primer paso
para iniciar el proceso limpio y unitario para escoger a su candidato
presidencial.
El país cuenta con que el PRM emerja este año totalmente unido, para que
de esa forma sea capaz de crear como en el 1978 creó el viejo PRD, un
formidable frente de oposición política y cívica, contra la continuidad
peligrosa del desgastado PLD. El PRM unido en una candidatura de amplia
aceptación en la sociedad, será una maquinaria política de oposición, con
vocación y voluntad de poder.
El país
desea cambio de rumbo y cambio de líderes que puedan reorientar el país con un
gran proyecto nacional, moral, económico, social e institucional. El PLD agotó
sus energías por estar tantos años en el poder y con sus líderes “aburguesados”
y más comerciantes que políticos. Ya no tienen nada nuevo que ofrecer a una
sociedad que siente el deterioro de la calidad de la vida de la clase media,
media baja, los trabajadores y la gran masa de 38 % de pobres.
Dentro del
PRM hay varios precandidatos que se presentan, pero como todos saben son
Hipólito Mejía y Luis Abinader los dos líderes de mayor arraigo y fuerza
electoral. Los demás son excelentes dirigentes. Viene un proceso interno de
selección entre Hipólito y Luis que es trascendental para la nación y la
democracia dominicana. No se trata solo de ellos, sino de escoger de manera
democrática y unidos el candidato que pueda concitar más votos dentro del PRM,
el disminuido viejo PRD y de toda la ciudadanía y esa vital porción de votantes
indiferentes o desilusionados con la clase política o hasta del país.
Sobre la
conciencia y espalda de estos dos buenos líderes recae el futuro de la calidad
de democracia que tendremos del 2016 en adelante. Personalmente, sé que los dos
están muy conscientes de su responsabilidad personal e histórica. Hipólito es
un fenómeno político y un líder natural de pueblo. Tiene un enorme carisma y
una voluntad de acero. Pero también tiene historia y una tasa de rechazo que
debe cambiar. Luis es un candidato ya maduro, economista, empresario y político
por tradición. Está haciendo una campaña por cada pueblo del país. En cada
encuesta crece y crece. Representa una nueva generación, está limpio del pasado
y no tiene tasa de rechazo. Para mí es un candidato formidable y en pleno
crecimiento.
Para todos
los ex perredeistas y ahora, como yo, miembros del PRM estamos todos en una
encrucijada sutil. Todos admiramos a Hipólito y lo respetamos como hombre,
líder y fuerza política y también todos respetamos y reconocemos a Luis como
una nueva estrella generacional. Un líder joven que apela a toda la sociedad y
que se ha convertido en una opción viable de poder. Pero nadie desea herir a
ninguno, ni nadie desea una contienda interna que lastime la unidad monolítica
del PRM, tan necesaria para poder crear un frente nacional amplio para ganar
las próximas elecciones.
Hipólito y
Luis y los respectivos equipos debemos hacer la lucha con guante de seda y
ellos dos deben reunirse todas las semanas, para que planeen bien las
estrategias y busquen una salida armoniosa y democrática. Los dos deben
cuidarse de los anillos y de voceros triunfalistas. Hay que recordar, que el
enemigo político es el PLD y cualquiera que sea su candidato presidencial, y
contra ellos es la lucha y la crítica y la oposición. Entre ellos dos nunca
deben ni tocarse con un pétalo. La calidad y delicadeza de la lucha interna de
hoy para obtener mayor simpatía de votantes, es la base de la unión del mañana.
Hay también que brindarle a la sociedad un plan de gobierno distinto.
Los primeros
cuatro meses del 2015, serán definitorios. Entra ahora el proceso de escogencia
del candidato que tendrá que decidir los organismos facultados del partido.
Puede que sea, por convención, por encuestas o por un gran consenso, según las
preferencias del electorado en los próximos meses. Pero lo vital es que el proceso
de selección tiene que ser limpio, pacífico y democrático, pues es entre amigos
y socios políticos que todos somos. El PRM y sus aliados de la Convergencia
están de lleno en el empeño de cambiar el rumbo del país, cambiar la política
económica y social, y ganar la presidencia, y la mayor cantidad posible de
senadores, diputados, alcaldes y regidores.
Pero para
que gane el PRM y sus candidatos, tenemos que estar totalmente unidos en el
partido. Con unión todo, sin unión no habrá futuro.
Eduardo J. Tejera es Economista, diplomático, escritor, consultor
empresarial.

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