Por Ing. José
Adolfo Herrera Acevedo
El Consejo Regional de Desarrollo,
Inc. (CRD) en sus estrategias nos traza como tarea fundamental, aumentar los niveles de conciencia en nuestras
familias, nuestros liderazgos y en las diversas instituciones
sociales y estatales, para asumir como
meta prioritaria la consolidación de mayores grados de paz en nuestros
entornos, a fin de proveernos de los soportes que nos permitan ciertamente enrumbarnos con
solidez hacia un desarrollo humano integral, sustentable y permanente.
La paz tiene origen en el término
latino pax, la misma puede ser definida en un sentido
positivo y en un sentido negativo. En sentido positivo, la paz es un estado de tranquilidad y
quietud; en cambio, en sentido negativo, la paz es la ausencia de guerra-
A nivel político
y para el derecho
internacional, la paz es la situación y relación mutua de
quienes no se encuentran en guerra. Se trata, en estos casos de una paz
social, la cual es engendrada por las buenas relaciones entre
comunidades de individuos.
Sin duda se trata de un concepto abstracto de diversas
definiciones, sin embargo, lo más usual es comprenderla como un estado de
tranquilidad y quietud interior que sienten las personas y que les hace sentir
un bienestar muy especial.
La búsqueda de la paz es algo común de todos los seres
humanos. Se trata de algo que todos anhelamos sentir, pero que en un mundo tan
acelerado como en el que vivimos, la búsqueda de la paz puede resultar bastante
difícil.
Lograr sentirse en paz requiere de un proceso interno
en el que las personas deben cimentar un camino de vida en el que no exista la
posibilidad de generar conflictos o problemas que la afecten, aun teniendo
presente que la vida misma trae período de grandes dificultades, en los que
luego de una sana lucha, se puede obtener la paz. Como vemos, para lograr la
paz interna se requiere de mucha tolerancia, de respeto propio y a los demás,
de aceptación, de esfuerzo, de respeto, etc.
En el sentido
personal, relacionado con la tranquilidad interior, el papa Juan Pablo II nos
dice al respecto "La conquista de la paz a todos los niveles está unida a
la conversión del corazón y a un auténtico cambio de vida."; el mismo papa
nombraba cuatro requisitos para que reine la paz, tomados de la encíclica de
Juan XXIII, de 1963: "la verdad, justicia, amor y la libertad". Otro
líder espiritual, el Dalai Lama, opina al respecto lo siguiente: "...no
temor, más amistad, más armonía, más igualdad, iguales oportunidades para
todos, quizá ese es el significado de la paz". En el fondo se deja en
claro que la paz no es solo la ausencia de guerra, a un nivel interior o
exterior en el mundo, por el contrario, es mucho más que eso.
La paz es un valor
muy fundamental para las vidas de las personas, las familias y las naciones del
mundo, y sobre todo, para el desarrollo personal y colectivo del hombre y la
mujer.
¿Cómo puede entonces cultivarse este gran valor desde nuestro interior? ¿Qué pasos debemos seguir para alcanzar este valor y para lograr que el mismo sea fuente fundamental del desarrollo humano como lo enfoca en sus estrategias el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD)?.
Al efecto,
corresponde entender que se puede vivir
la fraternidad y la armonía entre los seres humanos, los cuales son los ideales de paz que más se predican, en
contraposición al desastre, la guerra y a todo género de conflictos.
A tales propósitos, el CRD no llama a entender que la paz no comienza desde fuera, sino desde muy dentro del individuo. No depende de las decisiones de presidentes y altos funcionarios, si no de lo que llevamos en el interior dentro de nuestros corazones y nuestras mentes, y que por tanto, para ser mejores ciudadanos, debemos alcanzar la madurez y los niveles educativos que nos permitan manejar las desavenencias sociales en forma constructiva, sobretodo, rompiendo con el egoísmo, el sectarismos infecundos y los perjudiciales males que los mismos generan.
A tales propósitos, el CRD no llama a entender que la paz no comienza desde fuera, sino desde muy dentro del individuo. No depende de las decisiones de presidentes y altos funcionarios, si no de lo que llevamos en el interior dentro de nuestros corazones y nuestras mentes, y que por tanto, para ser mejores ciudadanos, debemos alcanzar la madurez y los niveles educativos que nos permitan manejar las desavenencias sociales en forma constructiva, sobretodo, rompiendo con el egoísmo, el sectarismos infecundos y los perjudiciales males que los mismos generan.
Vivimos en un mundo
en la que se habla mucho de la necesidad del establecimiento de la armonía y de
la paz interior y colectiva, lo que requiere que los dominicanos y las dominicanas asumamos la forma de pensar
que nos sugiere en sus estrategias en tal sentido del Consejo Regional de
Desarrollo, Inc. (CRD), la cual nos llama a comprender que el mejor rumbo que
contamos para lograr estos objetivos, es
mediante el espíritu de servicio y la vocación de bien hacia los demás, al
resultar la paz del buen fruto que nos arroja saber entender las necesidades ajenas antes de
las propias, y que a su vez nos guía por
el correcto sendero que con certeza nos conduce a la reivindicación que
requieren nuestras familias, la sociedad y el Estado.
José Adolfo Herrera Acevedo,
Coordinador de Provincias del Consejo Regional de
Desarrollo, Inc. (CRD), Ingeniero, Empresario y Catedrático Universitario.
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