Por Alejandro Rodríguez -Tonton-
Estuve leyendo con algo de preocupación el debate, que sin proponérselo, han puesto en la
palestra pública connotados dirigentes
del naciente Partido Revolucionario Moderno.
Es un debate por demás muy singular pues pone en entredicho "lealtades",
"responsabilidades" y "palabras empeñadas".
Recuerdo que tanto Andrés Bautista como Jesús Vásquez cuando vinieron a juramentar el
proyecto mayoritario en el mes de
Mayo, nos afirmaron que ellos habían asumido la dirección del nuevo proyecto
partidario, porque tanto Hipólito
Mejía como Luís Abinader le habían asegurado que
"...ellos se pondrían de acuerdo y que no habría problema entre ellos dos".
Nos afirmaron también " Que Ellos se habían comprometidos con el PRM, pues tanto Hipólito Mejía
como Luís Abinader les afirmaron
en una reunión celebrada entre ellos cuatro, "que no se repetiría lo que
ocurrió en el viejo partido" refiriéndose
claro está a la rebatiña por la candidatura.
Bajo esa premisa todos los presentes respiramos aliviados, confiados en que el raciocinio había
hecho un gran surco en la mente
de nuestros dirigentes, y que por fin habíamos adquirido la madurez necesaria para
alzarnos con la victoria en el
2016.
Pero ¡Ay carajo, me equivoqué, y por lo que escriben y hablan nuestros connotados dirigentes, no
hemos aprendidos nada, seguimos aferrados al pasado, atado a una espiral que
tiene como signo distintivo la derrota.
Pero ahora con la agravante de que una nueva derrota será una derrota
estratégica, y el origen del término proviene en una primera acepción, del latín “dirupta” y luego lo encontramos
en el francés déroute siendo empleada la palabra especialmente en expresiones
militares, para aludir a la
ruptura de las formaciones, por perder una batalla, y como consecuencia de ello romper filas para
poder escapar del enemigo.
Derrotar a un ejército enemigo, por lo tanto, es lograr el vencimiento por completo, que suele ser seguido
por una fuga desordenada del
derrotado.
Las Elecciones son como una batallas pero en el plano de las votaciones, y en el próximo certamen electoral
asistimos a una "batalla decisiva" la
que es de particular importancia ya que tendrá un gran impacto a nivel político, económico y social,
pues lo que está en juego es cambiar
el balance del poder, sustituyendo la actual gavilla de bandoleros y corruptos apadrinados por
el PLD, por un gobierno progresista
y democrático que sustente el ejercicio gubernamental, en la defensa de la democracia y una
mejor distribución de las riquezas
nacionales, para disminuir la pobreza endémica del país y mejorar las condiciones de vida de
los dominicanos.
Por eso, tanto Hipólito Mejía como Luís Abinader, nos deben evitar ese momento y la única forma de
hacerlo es que Hipólito no se deje llevar
por los cantos de sirenas y Luis no dejarse embaucar por los encantadores de serpientes que están a
su lado.
Para Evitar la derrota y la huida desordenada de nuestro ejército electoral en el PRM y la Convergencia
por un mejor país debemos partir
de la premisa de que ahora es el tiempo de Luís Abinader.
Hipólito Mejía ahora debe "poner el oído en el corazón del
pueblo", y evitarnos una
derrota estratégica, de no hacerlo nosotros mismos, de antemanos, estamos
derrotados.
Alejandro Rodríguez -Tonton-, es coordinador Estatal del proyecto Luis Abinader Presidente y vice presidente del Partido Revolucionario Moderno en New York
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