Por Miguel Ceara-Hatton
El gobierno anunció que en 18 meses había sacado medio millón de
personas de la pobreza. Los datos semestrales oficiales señalan que ese
registro corresponde solamente al tercer semestre, es decir que el “milagro” se
produjo en apenas 6 meses, pues las variaciones entre el primer y segundo
semestre se anularon mutuamente. ¿Es posible semejante reducción de pobreza en
6 meses?
La conclusión es que no es posible. Veamos:
Primero, dado el patrón de asociación entre PIB y tasa de pobreza, se
requiere un crecimiento económico del 6.11% para que la tasa de pobreza no
crezca. Una caída de 5.6 puntos porcentuales equivalen a una caída de -13.3% de
crecimiento en la tasa de pobreza y se requiere un crecimiento económico
superior al 12% anual, lo cual no ha sucedido.
Segundo, en los últimos 29 semestres se requirieron entre 5 y 3
semestres para producir una caída de -13.3% en la tasa de pobreza con un
crecimiento económico acumulado que estuvo entre 2.3 y 6.1 veces el crecimiento
económico del semestre milagroso.
Tercero, en los 18 meses se crearon 196.2 mil empleos remunerados (no
236 mil como dijo el Ministro Peralta), pero entraron al mercado de trabajo
227.6 mil personas, esto significa que 31 mil se quedaron sin empleos, dejando
la tasa de desempleo intacta. ¿Si la economía no fue capaz de crear suficiente
empleos para los nuevos que entraron al mercado de trabajo cómo se puede
afirmar que la pobreza disminuyó en más de 500 personas?
Cuarto, el comportamiento de la estructura productiva muestra que la
economía sigue creciendo en sectores que no generan empleos. En los 18 meses,
los 4 sectores que más aportaron al aumento del PIB (construcción, minería, la
banca y el turismo) explican el 72% del crecimiento económico y apenas explican
el 3% del crecimiento del empleo.
Quinto, existe una relación negativa entre el ingreso real percapita y
tasa de pobreza. Se requiere un crecimiento de más del doble del crecimiento
del ingreso observado (promedio de los tres semestres) para provocar una
reducción significativa en la tasa de pobreza.
Sexto, los programas de asistencia social representan menos del 7% del
ingreso umbral de pobreza, lo cual lo hace poco efectivo para
reducir la pobreza.
Séptimo, la distribución del ingreso en los tres semestres quedó
prácticamente igual.
En conclusión, el señalamiento de haber sacado a medio millón
de personas de la pobreza durante el semestre milagroso, no se sostiene.
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