Por
Elvi Paredes
En su
programa de gobierno, el entonces candidato presidencial del Partido de la Liberación
Dominicana, Danilo Medina Sánchez, prometió trabajar para que la República
Dominica alcance el importante objetivo
de lograr los 10 millones de turistas.
Estamos
claros, que ese propósito no se lograría solo en sus 4 años de gobierno, pero,
por lo menos sentaría las bases, o impulsaría las políticas que se habían
venido aplicando en los últimos 8 años de gobierno de su partido, el PLD.
Es así,
como continuando lo que está bien, el gobierno peledeista de Danilo Medina, ha
visto crecer el número de visitantes que llegan a la República Dominicana.
Ese
incremento, sin embargo, se ha fundamentado en la construcción de
infraestructuras que el gobierno del ex presidente Leonel Fernández, aplicara,
con el levantamiento de importantes autopistas, autovías, carreteras, puentes y
distribuidores que conectan actualmente, casi toda la región Este, entre si, así
como con el nordeste y el Gran Santo
Domingo.
El
mandatario, ha inaugurado, y continuado la construcción, reconstrucción y
ampliación de otras carreteras, lo que convertirán al país, en el mejor
comunicado del área del Caribe, y quizás
de América Latina.
La
inversión de miles de millones de pesos en infraestructura en la región Este,
Nordeste, Sur, Norte y Noroeste del país, ha acercado a los dominicanos, pero más
aun, ha permitido que los miles de turistas que llegan a la región Este de la República
Dominicana, puedan visitar la ciudad capital.
Es
por tanto, que no entiendo, el porqué; si el gobierno dominicano invierte miles
de millones de pesos en construcción de infraestructura, y cientos de millones
de pesos en promover las bellezas naturales de nuestra nación, no toma ningún
tipo de medida, para acabar con la anarquía, el desorden y la inseguridad en
que se desenvuelven nuestras ciudades, en especial, el Gran Santo Domingo.
Como
es posible, que se promueva la inversión de cientos de millones de dólares en
la construcción de plazas comerciales, hoteles de lujo, que ponen a Santo
Domingo, en el camino de una ciudad Cosmopolitan, mientras se permite que continúe
la arrabalizacion, el caos, el desorden y la inseguridad que generan los miles
de vendedores ambulantes, -en su mayoría haitianos ilegales-, los choferes de
guaguas, carros públicos, motoconchistas, y comerciantes de todo tipo.
Como
es posible, que avenidas tan importantes como la que lleva el nombre de nuestro
padre de la patria, Juan Pablo Duarte, sea mantenida en un completo
estercolero, en una pocilga, en un arrabal?
Como
es posible, que se permita que la Plaza de la Cultura, donde están los
principales museos del país, se mantenga abandonada, sucia, y ahora tomada por
haitianos para vender sus mercancías, defecar y orinar en sus fuentes y áreas
verdes?
Como
es posible, que si invertimos miles de millones de pesos en construcción de
carreteras, autovías, distribuidores de transito y en la promoción de nuestro
país, y en especial de la ciudad de Santo Domingo, de otro lado se juegue a la politiquería,
al populismo y a la demagogia, y se adopte una posición irresponsable, con la
ciudad y sus munícipes?
Como
es posible que continúe el caos en una zona como la que rodea el Mercado
Modelo, -que ya de modelo no tiene nada-?
Sí,
porque el entorno del llamado Mercado Modelo también es un arrabal, un
desorden, una anarquía, por donde no se puede caminar, ni siquiera a pie.
Sí,
porque el entorno del mal llamado Mercado Modelo, también ha sido tomado por
los haitianos, donde han impuesto su estilo de vida, anárquico, arabalisado y
sucio.
Entonces,
como piensan nuestras autoridades que un turista se pueda desplazar por
nuestras calles y avenidas, y visitar nuestras plazas y mercados, cuando ni
siquiera los dominicanos nos atrevemos a hacerlo?
Como
piensan nuestras autoridades nacionales y municipales, que un extranjero pueda
atreverse a conocer nuestra ciudad, si las calles y aceras han sido tomadas y usurpadas?
Si de
verdad queremos aprovechar la oleada de turistas que pueden visitar Santo
Domingo, tenemos que dejar a un lado, la politiquería, el populismo y la
demagogia, y rescatar nuestra ciudad.
La
ciudad de Santo Domingo, Primada de América, tiene los monumentos, calles y
plazas, primeros del nuevo mundo.
La
primera ciudad, el primer cabildo, el primer hospital, el primer hostal, las
primeras calles, el primer puerto, el primer ingenio, la primera universidad, o
sea, la República Dominicana lo tiene todo, y eso sin contar las inigualables
bellezas naturales con que Dios nos dotara.
El gobierno del presidente Danilo Medina y los
gobiernos municipales del Gran Santo Domingo y los demás cabildos, tienen la
palabra. Es hora de actuar.
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