POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA
En reciente artículo de opinión, fechado 15 de marzo 2014, nos encontramos con opiniones
disímiles en cuanto a la explotación de los recursos mineros de la
indispensable para la vida, Loma Miranda, don Fabio Herrera Miniño, yerra, a
nuestro entender, cuando además de favorecer la explotación de loma miranda,
minimiza el impacto negativo que derive esa acción, y pasa a supeditar la
explotabilidad de la misma, por la compañía que los tiene, a que la actividad
sea de carácter responsable, reconociendo en el articulo de marras, la
irresponsabilidad de la misma, en cuanto a la reforestación, que es parte del
pasivo ambiental, recordándonos a seguidas, los diferentes desmanes dejados por
la minería en diferentes lomas de la nación.
Nuestro distinguido escritor califica la acción de los ecologistas, que
al parecer suyo, rebeldes sin causas, diríamos nosotros, han cambiado la
bandera roja, por la verde del ecologismo, con todo su derecho, aunque no
sepamos a cuantos se refiere al calificar a una opinión publica generada a
favor de la declaración de utilidad publica y parque nacional aquella riqueza
natural, que aunque en sus letras, minimiza el caudal de aguas de buena calidad
que aporta la loma Miranda y descalifica su aporte en la agricultura de la
región.
No se deben criticar los cambios de banderas, si es que lo ha habido,
en un mundo cambiante, como la dialéctica lo pide, y buenos son los cambios
cuando se hacen para bien de la mayoría y malos los retardos en los mismos, cuando se
ha estado del lado equivocado, y nuestro amigo escritor y admirado en su
capacidad y honestidad, fue vinculado a la compañía Falcando, por mucho tiempo
y pudiera estar inclinado a su motivación personal, lo cual le respetamos, al
igual que le exigimos el respeto hacia los sacerdotes, activistas sociales e
izquierdistas a los que el alude.
El calificativo usado por Favio Herrera, a la tan anhelada por
nosotros, Carretera Santiago-San Juan, como asesinato de la cordillera central,
no lo es tal para la región y el país, porque, a pesar de los desarreglos que
comete cualquier obra en la naturaleza y mas una de esa envergadura, son
infinitesimales, frente al beneficio que reportará, y con una ventaja, que es,
la que en el mismo momento en que se termine, se puede empezar la reforestación
y protección, dejando los beneficios al pueblo Dominicano, peso a peso, de lo
cual no se puede decir lo mismo de la Barrick
Gold y su loma miranda, de la cual hace referencia en el sentido
de que es propiedad de la compañía, pero se olvida, don Favio Herrera Miniño,
Las riquezas del sub.-suelo son propiedad del estado Dominicano.
De muy mal gusto fue para nosotros, en meses o años pasados, cuando
tuvimos que combatir, por radio, televisión y artículos de opinión, las
aseveraciones hechas por el escritor en cuestión el cual se inscribían en la
escuela de los que decían que el lago Enriquillo estaba creciendo por un efecto
puro y simple natural, y que por el orden de los años 1893, es decir, a finales
de siglo, el lago Enriquillo estuvo cerca de un centímetro por encima del nivel
del mar, lo cual, materialmente no fue posible, dígalo quien lo diga, cuando la
comunidad de Duvergè, para poner un ejemplo, está mas de 3 metros por debajo
del nivel del mar, y con mediciones nuestras hemos demostrado que la alta
crecida de hoy se debe al desborde del Yaque del Sur, río San Juan y sus
afluentes, entre ellos las presas.
Nos inscribimos a favor de los izquierdo-Ecologistas desconsiderados
por Miniño, cuando acuñan la bandera rojo-verdosa de la defensa de lo nacional,
y que nos aleje el señor, de los tecnócratas de nuestros tiempos, de los
cuales, el pueblo deberá escuchar, para tomar el camino contrario al que ellos
hayan trazado, no importa cuan Leones son.
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