La seguridad en los
fenómenos naturales
Por Odonel Gómez Rojas
Leí siendo
adolescente, de nuestro poeta nacional Pedro Mir: "Hay un país en el
mundo colocado en el mismo trayecto del sol oriundo de la noche...”
Hoy, ya adulto, sé que nuestro país alimenta en
gran parte su presupuesto de los turistas oriundos de la nieve que nos visitan,
buscando nuestra hermosa trayectoria de luz y calor. Pero también sé que
nuestro país, a diferencia de otros países de la región, se encuentra en la
ruta de los huracanes, en la ruta de los terremotos y en la ruta de las
tormentas eléctricas.
Entonces, es un deber, una responsabilidad,
desarrollar un plan estratégico que tome en cuenta estas fuerzas de la
naturaleza que en algunos aspectos nos enriquecen pero en otros pueden causar
grandes daños, tanto al turismo como a la infraestructura física.
Todos los años tenemos la temporada de huracanes,
en ella recibimos muchas lluvias, pero también muchas tormentas eléctricas, de
las cuales debemos cuidarnos, pues matan animales, derriban árboles, hieren y
matan personas.
En las tormentas eléctricas se producen los
rayos, que en realidad son un chorro de cargas eléctricas que pueden ser
positivas o negativas. En términos sencillos, un rayo es el salto de una chispa
que se puede dar entre dos nubes con cargas de signos contrarios o entre la
nube y el suelo, siendo estos últimos de los que debemos cuidarnos.
Cuando se produce el rayo, se producen dos ondas
al mismo tiempo, una de luz que llamamos relámpago, que viaja a la velocidad de
la luz, llegando en tiempo cero desde el lugar del rayo hasta nosotros y otra
de sonido que llamamos trueno que viaja a la velocidad del sonido y llega a
nosotros más lentamente. Esta diferencia entre las dos ondas, la de la luz y
del sonido, nos permite calcular la distancia del rayo. Si es cercano, debemos
tomar medidas extremas de precaución. Si contamos tres segundos, luego de
la ocurrencia de un trueno, es que el rayo ocurrió a un kilómetro. Estamos
entonces en la zona de alto riesgo.
La electricidad es una de las ramas que la Física
más estudia y la mejor comprendida hasta el momento. El rayo es una
corriente eléctrica que cumple con todas las leyes de la electricidad estudiada
en física.
El planeta tierra es una esfera cargada con carga
negativa. La naturaleza trata de que esta carga eléctrica de la tierra
permanezca constante pero por diferentes procesos la tierra pierde esta carga y
entonces los rayos son el mecanismo mediante el cual la naturaleza le devuelve
esta carga a la tierra.
Los lugares puntiagudos son los puntos preferidos
donde se acumulan las cargas eléctricas, de tal manera que sí estamos en una
llanura y en esta solo hay un árbol, la densidad de carga eléctrica en este
árbol será mayor, por lo que sí un rayo va a caer, la probabilidad indica que
lo hará sobre el árbol, de manera que sí estamos en una tormenta eléctrica en
ese lugar, lo inteligente sería alejarnos del árbol. Si estamos en
una finca de cacao, lo inteligente es colocarnos debajo de los árboles bajos.
Si nos encontramos en una llanura, como puede ser
un campo de arroz, no debemos ser el punto más alto en ese campo, pues
atraeremos el rayo, debemos entonces colocarnos en cuclillas hasta que pase la
tormenta.
El agua pura es muy mala conductora de la
electricidad, pero mezclada con impurezas, como el sudor humano, es muy buena
conductora, por lo que en una tormenta eléctrica, debemos tratar de estar secos
o sobre un lugar seco, nunca bañándolos en el agua que cae, en una piscina o en
la playa.
El mejor refugio es estar en la casa, secos y
alejados de los objetos metálicos que son buenos conductores eléctricos o
también estar dentro de un automóvil sin tocar la parte metálica.
Cuidemos la naturaleza, pero cuidémonos de ella.
Odonel Gómez Rojas es Director Comisión de Ciencia y Tecnología del
Consejo Regional de Desarrollo (CRD), Ingeniero Físico, Geofísico e Industrial,
Empresario y Catedrático Universitario. Tel. 809-244-5496 y correo:
crdnordeste@yahoo.es

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