TAMAYO.- Los productores agrícolas y residentes en Vuelta Grande denunciaron el abandono a que habrían sometidos “con todo y nuestros familiares”, dado que pese a las diligencias que han realizado carecen de un acueducto y las plantaciones de plátano y otros rubros se “disecan” por la falta de agua.
Manuel Pérez
explicó que Vuelta Grande, con alrededor de 300 familias, por las dificultades
deviene una comunidad escondida, dado que la vía de acceso es un camino al que le atraviesan
arroyos y cañadas que cuando llueve las aguas que descienden las de las
montañas de la Sierra de Neiba hacen que quede incomunicada.
Pérez dijo que
al menos 3,500 tareas son cultivadas en el entorno de la comunidad distante a
30 kilómetros al Este de Tamayo, además de otras decenas de miles que
permanecen baldías por la falta de agua para el regadío.
Según Santos
Beltré, los agricultores trabajan con sus propios recursos y los préstamos
muchas veces a tasas de usura porque desde el gobierno prácticamente nada se
recibe.
Y eso, agregó
Beltré, lo saben los presidentes porque aquí estuvo Danilo Medina y también
Luis Abinader cuando buscaba minas para expandir su fábrica de cemento.
Agua
ni luz eléctrica
“Si, todo indica
que para los presidentes que hemos tenido ni tampoco para las autoridades de la
zona nosotros no somos seres humanos”, dijo Angélica Méndez para luego
referirse al hecho de que en su comunidad no se dispone de agua potable, luz
eléctrica, calles, ni otros servicios básicos.
Declaró que la
electricidad que requiere Vuelta Grande está a alrededor de dos kilómetros
desde donde se construye la presa Monte Grande, así como de las comunidades de
Honduras, Quita Coraza, Fondo Negro, El Memiso y Las Minas.
El entonces
senador Manuel Paula (PLD-Bahoruco) acompañó a brigadas de técnicos de la
Distribuidora de Electricidad del Sur (Edesur), quienes hicieron un
levantamiento y elaboraron un proyecto. La iniciativa, depositada en la debidas instancias
superiores de la generadora, fue luego
engavetado “hasta el Sol de hoy”, como dijo Consensa Mateo.
Luego, y ya en
época más reciente, no han faltado las promesas de hacer una conexión con Monte
Grande, donde se construye la hidroeléctrica que en la región Enriquillo han
dado en llamar “El Metro del Sur”.
Por eso el
clamor de doña Leonidas Beltré, que a sus 95 años todavía añora que alguna vez
suceda el “milagro” de que antes de partir a “otro mundo” pueda ver los
bombillos encendidos en su comunidad.
-Imagine uté-.
Dijo la señora Beltré con sus brazos abiertos. -Yo que nací y no he salido de
aquí a viví´ pa´ ningún la´o-.
-Usté´, que
viene de afuera, ¿uté´ cree que ante de yo mori´ pueda ve´aquí la
lu´elétrica?-. Preguntó a los periodistas.
“Es que aquí se carece prácticamente de todo
lo que es la vida en un entorno civilizado, donde ya la nueva ruralidad permite
al ciudadano no solo trabajar como un buey, sino también de las demás facilidades
para la convivencia en sociedad”, comento Somalia Figuereo.
La denuncia fue
formulada por varios residentes de Vuelta Grande en una reunión donde
participaron Marcial de León, Carlos
Beltré, Consensa Mateo, Catalina Escalante y Elba Pérez Vargas. También, Aura
Encarnación, María Estela de la Cruz y Senaida Torres, además de además de
Figuereo, Méndez, Beltré y Pérez.
Los
paneles solares y la bomba
“Pero nosotros
no nos hemos quedado de brazos cruzados. Ya compramos una bomba para sacar el
agua del pozo y también los paneles solares, porque sabemos que aquí no hay
electricidad”, dijo Marcial de León.
Según otros
testimonios, como los de Catalina Escalante, los dirigentes comunitarios han
logrado que se perforen seis pozos, pero que por la falta de los estudios
previos al poco tiempo se les agota el agua, se secan.
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