Por Miguel Ángel
Cid Cid
El alcalde de
Santiago de los Caballeros, Abel Martínez, anunció hace poco que la Hidalga
está a nivel de las ciudades modernas en materia de reciclado de desechos. El
sabueso del PES, “ni tonto ni perezoso”, salió al trote a celebrar el salto a
la modernidad, a sabiendas de que es una modernidad mediática.
En efecto, es
imposible que el gobierno de una demarcación modernice o propicie el desarrollo
en tratamiento de desechos dejando fuera los actores principales. El Ayuntamiento,
en componenda con una empresa que se dice recicladora saca del vertedero a la
Asociación de Recicladores de Rafey, su práctica los declara como anti
recicladores.
La sabiduría
popular reza, “De fuera vendrán, que de casa nos echaran”, es un decir que
viene como anillo al dedo en el caso de los Recicladores de Rafey.
Según el acuerdo
del ayuntamiento con la empresa Cilpen Global, esta última se compromete a
emplear los recicladores que operan en el lugar desde hace decenas de años. La
cláusula contractual es un subterfugio mediático según establecen los propios
recicladores.
En verdad,
varios de los integrantes de la Asociación de Recicladores de Rafey tienen
orden judicial de alejamiento, no pueden pasar por el frente de la empresa
foránea. ¿Por qué se produce una sentencia de alejamiento? Está clarito, Cilpen
Global los acusa de ser sediciosos y afectar los intereses de la empresa. En
sí, los recicladores sólo se han limitado a exigir su derecho a permanecer en
el Ecoparque haciendo lo que ellos mismos iniciaron.
Se
recuerda, que en la pasada gestión de
José Enrique Sued se desarrolló un amplio programa de transformación del
vertedero de Rafey. La cooperación japonesa, JAICA, la Xunta de Galicia y varias
ONG participaron del proceso.
¿Dejaran esas
ONG, los japoneses y la Xunta que su inversión continúe a la deriva por la
voluntad de un alcalde que no cree en los actores locales?
El panorama
pinta diferente en Santo Domingo. La empresa Lajun Corporation es recurrente
provocando conflictos entre ellos, las autoridades y los recicladores en el
vertedero de Duquesa. El Ministerio de Medio Ambiente y la Mancomunidad de los
Ayuntamientos del Gran Santo Domingo decidieron rescindir de manera definitiva
el contrato de gestión de manejo de desechos con esa empresa.
La decisión de
suspensión del contrato se produce luego de que Lajun Corporation dispusiera la reducción de horarios y
cancelaciones de servicios a varios Ayuntamientos. Los cabildos afectados
fueron, Santo Domingo Oeste, Los Alcarrizos y Pantojas. El ministro Francisco
Domingo Brito, junto a René Polanco, presidente de la MGSD, representantes de FEDOMU,
y Dominicana Limpia, acordaron romper el diálogo con Lajun Corporation. Para
suplir el espacio de la empresa se decidió crear una organización no
gubernamental, sin fines de lucro, para administrar y gestionar los residuos
del Gran Santo Domingo.
La disposición
de las autoridades de Medio Ambiente y los Ayuntamientos del Gran Santo
Domingo, deja ver su intención de proteger los recicladores de Duquesa. Sin
embargo, con ello los alcaldes y el
ministro Domínguez Brito, obran en favor de la salud y los intereses de las
propias comunidades.
Domínguez Brito
fue enfático al decir, “Por las buenas o por las malas eso va estar abierto y
habrá toda la autoridad requerida para que no se ponga en peligro la salud de
la gente”.
El alcalde del
Distrito Nacional cree que este país está muy atrasado en materia de manejo de
desechos. “El país más atrasado en toda América Latina completa en cuanto al
destino final de sus desechos sólidos es República Dominicana”, afirmo el
alcalde David Collado.
Contrario piensa
su homólogo, el alcalde de Santiago de los Caballeros Abel Martínez Durán. El
cree que Santiago es la excepción en la regla nacional. Parece ser, que Abel
tendrá que lavar sus ojos con colirio para ver y afinar sus oídos para oír y
así enderezar su entendimiento. El alcalde Martínez debe entender que no es
posible el desarrollo sin involucrar los actores endógenos. Así también es la
limpieza, ninguna casa puede estar limpia si sus habitantes son sucios, o si no
se comprometen en garantizar la higiene en su entorno.
Si Abel Martínez
persiste en su tozudez, todo parece indicar que en la Ciudad Corazón no hay
remedio a la vista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos que su comentario contribuya al desarrollo de los gobiernos locales .