Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ La trabajadora
social dominicana en la Administración de Recursos Humanos de Nueva York (HRA)
Nerys Grullón, está demandando por una suma millonaria no especificada a la
aerolínea estadounidense Delta Airlines, acusando al personal de haberla sacado
por la fuerza de un avión que abordaba en agosto de 2016 y encerrarla
ilegalmente en una habitación de presión, después que ella reclamó una silla de
ruedas para su madre de 88 año de edad, a la que le negaron el servicio.
Grullón, de 45 años, y que
reside en Brooklyn, relató en la oficina
de su abogado James Brauchle, que vivió un infierno durante las horas que Delta
se la hizo imposible y fue mantenida bajo un trato irrespetuoso, con brutalidad
y sometida a amenazas y presiones en el cubículo de la terminal de esa área
turística en el Este de la República Dominicana.
Alega que su trauma es tan
fuerte, que jamás regresará a su país natal.
Ella cuenta que la situación
comenzó cuando pidió que su mamá fuera transportada, como se estila con todos
los envejecientes y minusválidos en silla de ruedas desde el área de abordaje a
la nave, pero la respuesta fue hostil y grosera.
Encolerizada por el trato,
la señora Grullón, enfrentó a parte del personal de Delta a los que les dijo
“palabritas” no muy agradables en inglés y español.
Luego que fue llevada a la
fuerza al cubículo de interrogatorios, un empleado de Delta la amenazó con que
ella sería sexualmente violada en una cárcel local, donde la llevarían por
supuesta perturbación.
Grullón reclama que sufrió encarcelamiento injusto, difamación y
la imposición intencional de angustia emocional, de acuerdo con su demanda
presentada el jueves de la semana pasada en la corte federal de Brooklyn.
“Sigo tratando de imaginar
esto,” dijo su abogado. “Esta mujer, sola en un país extranjero, la amenaza que
ha recibido acerca de ser asaltada y violada sexualmente. Ella ahora está
aterrorizada de la República Dominicana. Ella no ha ido de vuelta, no va a
volver. Ese es su lugar de nacimiento. Ella se niega en redondo a jamás volver.
Ella está aterrorizada”, explicó el jurista.
Brauchle dijo que su clienta,
que es una trabajadora social, no quería ser entrevistada por los medios.
“Todo el calvario ha sido muy
traumático para ella”, añadió el abogado.
En agosto de 2016, Grullón y
miembros de su familia llegaron al aeropuerto de Punta Cana. Se habían pasado
la última semana con familiares en la República Dominicana, dijo Brauchle.
El primer altercado fue cuando Delta no proporcionó a su madre la silla de ruedas. La anciana tuvo que caminar
hasta la puerta del avión, lo que
ocasionó que Grullón quedara entre los últimos viajeros a bordo.
Las bolsas de otros pasajeros
tomaron el espacio de ella. Un asistente de vuelo comenzó a gritarle
groseramente a Grullón que tendría que comprobar sus bolsas, pero ella ya había
conseguido un poco de espacio, según la demanda.
El asistente volvió con un
compañero de trabajo que exigió a Grullón que no había otra historia que contar
(versión de los hechos), sólo que ella dijo que aseguró sus bolsas.
La operadora le dijo a Grullón
sería expulsada de la aeronave. Un agente que estaba en la puerta llegó y
presuntamente agarró a Grullón por un brazo, halándola al pasillo y sacándola fuera
de la aeronave.
El empleado de Delta maldijo
a Grullón en español, jurando delante de los pasajeros y la tripulación.
Algunos familiares de
Grullón trataron de seguirla, pero los empleados de Delta los amenazaron con
que iban a ser detenidos, según la demanda. Se quedaron donde estaban y dejaron
a la demandante.
Mientras tanto, Grullón dijo
que el mismo agente de la puerta y dos de seguridad del aeropuerto, todos hombres, la llevaron a una habitación
privada.
Al parecer, comentaron sobre
su apariencia física y dijeron que la cárcel local era un lugar desagradable.
Uno de ellos le dijo a Grullón que
seguramente sería violada y destrozada, mientras estuviera en la prisión,
según la demanda.
La amenazó con ser encarcelada hasta por tres años por haber maldecido y amenazado a uno de los asistentes
de vuelo y causar una perturbación en el
avión.
El agente se rió mientras ella
lloraba, dice la demanda de Grullón.
Llamaron a un fiscal que se
presentó, pero dudaba de que Grullón se
había cometido ningún delito.
La aerolínea insistió en que
Grullón firmara un papel de liberación o
de lo contrario, convencerían al fiscal de
que las leyes en realidad ella las había violado.
El abogado Brauchle dijo que
la liberación legal no se sostiene porque Grullón firmó bajo presión.
Grullón dijo que era un
total de seis horas antes de que ella saliera de la habitación. El jurista
explica que Grullón encontró una
habitación de hotel y tomó otro vuelo a Nueva York al día siguiente en Jet Blue.
La demanda de Grullón alega que "perdió tiempo de trabajo,
experimentó y continúa experimentando vergüenza, humillación y angustia mental
y física”.
PIE DE FOTO
NUEVA YORK._ La trabajadora
social dominicana Nerys Grullón está
demandando a Delta Airlines. (Fotos vía facebook y Delta Airlines).
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