Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Jancarlos
Pérez, un dominicano de 23 años de edad que en enero de 2016, ejecutó de
siete balazos en la cabeza a su compatriota José A.
Concepción (Luigi), al que llamaba su “mejor amigo de infancia” en una
rivalidad por el control de la venta de heroína, fue sentenciado la semana
pasada a 40 años de cárcel en la corte del poblado Wilkes Barre del condado
Luzerne en Pensilvania, por cargos de asesinato en tercer grado, posesión
ilegal de armas y narcotráfico.
Pérez, quien después del
asesinato quemó el carro que conducía el día del crimen en el estacionamiento
de un bar nocturno, se declaró culpable
de las acusaciones ante el juez Fred A. Pierantoni III, quien lo condenó de
inmediato.
Tendrá derecho a pedir
libertad condicional después que cumpla 20 años de la condena.
El cadáver de Concepción,
fue encontrado el 19 de enero del año pasado, en un área desértica, en el
parque industrial Humboldt en Hazleton Township, a varias millas de donde Pérez
incendió el vehículo.
Al salir del juzgado
esposado, Pérez indicó que se declaró culpable por lo que podría algún día
volver a su familia.
“Tengo hijos”, dijo Pérez.
Los fiscales alegaron que
Pérez asesinó a Concepción, un compañero suyo en el tráfico de heroína, en un
intento de eliminar la competencia en el mercado local de la venta de drogas.
“Fue acribillado porque
estas personas estaban vendiendo drogas, y esto es el resultado de ese estilo
de vida peligroso”, dijo la fiscal adjunta Mamie Phillips después de la
audiencia.
“Esto es sólo otro ejemplo
de cómo el tráfico de drogas es peligroso y violento”, añadió la funcionaria
judicial.
Según los fiscales,
Concepción, un amigo de Pérez vendía drogas que le proveían los mismos
suplidores de Pérez, pero el asesino no quería competidores en el negocio.
Unos meses antes de los
disparos, Pérez delató a Concepción en la policía estatal, diciéndole a un agente
cuándo y dónde encontrarlo en posesión de una gran cantidad de heroína.
La ubicación proporcionada
era en la misma zona en la que más tarde se encontró el cuerpo de Concepción,
mostrando que Pérez conocía bien el área, según los fiscales.
Concepción recibió siete balazos
en la cabeza con un revólver calibre .38 robado, dijo el Ministerio Público.
Pérez negó inicialmente haber
matado a Concepción, pero admitió que él incendió la yipeta Ford Explorer. La
policía, sin embargo, encontró el arma robada en una caja de toallitas de bebé
en la casa de del sentenciado. Las balas fueron halladas en el inodoro donde
Pérez las había tirado.
Durante el interrogatorio,
Pérez afirmó que había recibido un mensaje de texto amenazante del asesino de
su amigo, pero cuando la policía estatal llamó al número, el mensaje procedía
de otro de los teléfonos que usaba Pérez.
“Descubrimos llamadas al
teléfono móvil y que sonó mientras estaba en su bolsillo”, dijo la fiscal Phillips.
“A pesar de que el señor
Pérez pensaba que era muy inteligente,
por suerte, la investigación estaba un
paso por delante de su crimen”, explicó la fiscal.
Observando que Pérez no
mostró ningún remordimiento por sus acciones “sin sentido”, el juez Pierantoni
III, aceptó su petición de condenarlo inmediatamente.
El juez dio crédito a Pérez
por 433 días el tiempo cumplido y le ordenó pagar más de $9,800 dólares en
restitución.
Después, el abogado de
Pérez, Jack McMahon, dijo que su defendido hizo el acuerdo de culpabilidad
debido a la evidencia abrumadora circunstancial contra él y el trato justo
ofrecido por la fiscalía.
“La opción era cadena
perpetua, que es una alternativa horrible o la sentencia que se le impuso”,
dijo el abogado.
PIE DE FOTO
Jancarlos Pérez, sentenciado
a 40 años de cárcel por el asesinato de José A. Concepción (Luigi) en
Pensilvania en enero de 2016. (Foto Warren Ruda / Standard Speaker)
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