Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK.- La Policía de
Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos, anunció la deportación a su país
natal del dominicano Domingo Ferreiras, residente en Hartford (Connecticut) y
quien fue condenado por el robo de un bolso hace 12 años, después de llegar en
1980, siendo menor de edad.
Se le dio un plazo extra de
30 días para que se prepare.
El caso de Ferreiras, está
llamando la atención de los medios, redes sociales y activistas comunitarios,
debido a que la esposa y una hija de Ferreiras, padecen de cáncer en el cerebro y el páncreas.
El dijo que después de haber
cometido el robo del bolso, se ha arrepentido cada día de su vida y que jamás,
volvió a cometer ningún otro delito.
La repatriación de
Ferreiras, acorde con un comunicado de la ICE, la repatriación se había
pospuesto en dos ocasiones para darle oportunidad a prepararse mentalmente y
poner sus cosas en orden.
El dominicano que fue
arrestado el miércoles y presentado en la Corte Federal de Connecticut, dijo
que no tiene nada que le ate a la República Dominicana, donde no tiene ningún
pariente ni conoce el ambiente.
Familiares y amigos,
estuvieron fuera del tribunal dándole respaldo. La ICE no dijo cuándo será
deportado, pero, espera que sería en los próximos días.
El abogado de Ferreiras,
Fairlie Chester, dijo que el dominicano llegó a Estados Unidos en 1980, siendo
un adolescente y que es un residente permanente desde esa fecha, pero se
desconoce por qué nunca aplicó para naturalizarse ciudadano americano lo que
hubiera evitado su deportación.
El periódico Journal
Inquirer informó que la esposa de Ferreiras, Diane, tiene un tumor cerebral
inoperable y su hija Baceida de 23 años, sufre de cáncer en el páncreas, por lo
que está sometida a quimioterapia.
La esposa y los tres hijos
adultos de Ferreiras nacieron en los
Estados Unidos.
Pero él fue investigado a fondo por la ICE hace varios
años, cuando alguien robó su identidad y cometió varios crímenes.
La policía determinó que
Ferreiras no estuvo involucrado en los delitos, pero sus convicciones por el
robo en 2005, lo pusieron en manos de la policía migratoria.
Antes de eso, el Servicio de
Inmigración y Control de Aduanas habían tomado ninguna acción contra Ferreiras,
a pesar de su culpabilidad, dijo su abogado.
Ferreiras estuvo por nueve
meses en la cárcel.
"Este es un resultado
muy desafortunado para la familia de Domingo", dijo el jurista.
"Domingo es un gran trabajador y un
hombre de familia", precisó el abogado.
En el comunicado, la ICE alega que Ferreiras "es un peligro para
la seguridad pública, debido a que cometió varios robos, que lo situaron en la categoría
de criminal agravado, en virtud de las leyes de inmigración”.
El comunicado no detalla el
récord de presuntos robos de Ferreiras, aunque él insiste en que el de hace 12
años, fue su único delito durante sus 30 años en Estados Unidos.
La ICE señaló que la orden
de expulsión en 2015 para deportar a Ferreiras, se retrasó dos veces, en
diciembre y enero, para permitirle poner sus asuntos en orden.
"ICE procederá a llevar
a cabo la deportación ordenada legalmente", dice el comunicado.
FERREIRAS Y SU FAMILIA
Ferreiras le dijo al Journal
Inquirer, que experimentó un milagro ayer
jueves durante lo que él llama uno de los peores momentos de su vida.
Fue informado por las
autoridades federales a finales del año pasado que iba a ser repatriado a la República
Dominicana, una nación con la que dice, no tiene ninguna conexión.
Ferreiras es elegible para
ser deportado porque él fue condenado por robo hace 12 años después de robar un
bolso.
Toma analgésicos recetados debido a una lesión en
el trabajo. Dijo que "no estaba en su sano juicio", cuando cometió el
robo, pero todavía siente el remordimiento
todos los días.
A pesar de que se entregó a
la policía poco después de haber cometido el robo y posteriormente mantuvo un
registro limpio.
Ferreiras fue capaz de
limpiar su nombre en relación con esos delitos, pero su convicción por el robo
en 2005, apareció en el Banco de Datos de la ICE que lo arrestó en una redada
contra inmigrantes legales e ilegales elegibles para ser deportados.
Originalmente iba a ser deportado a principios de diciembre, pero
el senador demócrata de Connecticut, Richard Blumenthal, intervino y a Ferreiras
se le concedió una gracia de 30 días
para que pudiera pasar las vacaciones con su familia en East Hartford.
Ayer jueves, Ferreiras se
enfrentó a la realidad brutal de tener que dejar atrás a su esposa, hijos y
nietos, todos nacidos en Estados Unidos.
"Fue lo desconocido y
el suspenso, estaba muy confundido acerca de lo que venía. No sabíamos qué
esperar porque no tenía ni idea de lo que iba a pasar", dijo Ferreiras.
Cuando llegó a la oficina de
campo de la ICE en Hartford, recibió una reacción inesperada.
"Una señora se acercó a
la mesa, ella estaba sonriendo, en una actitud
totalmente diferente a la última vez que estuvimos allí. Le entregó un
papel y le dijo que volviera en 30 días porque su caso está aún bajo
revisión", explicó su esposa.
La señora Ferreiras dijo que
los funcionarios de la ICE no hicieron preguntas y no dieron ninguna información, pero su marido tenía lágrimas
en los ojos.
Los 30 días son cruciales
para la familia, porque Domingo está a cargo del cuidado de su esposa e hija. Ambas
sufren también del síndrome de dolor miofascial, que debilita
los nervios.
Domingo y Diane también
tienen la custodia parcial de una nieta, la hija de de Baceida, para que puedan
atender al niño cuando su hija ella está en el hospital.
Diane dice que su condición le impide a menudo que ella no
pueda cuidar a su hija de 2 años de edad, sin la ayuda del padre.
La esposa dijo que planea someter
una apelación antes que su marido se vea obligado a regresar ante las
autoridades migratorias el próximo mes.
Ella no tiene el dinero para
pagar un abogado privado para ayudarla en ese esfuerzo, y abrió una página
GoFundMe para recaudar el dinero.
Se espera que la Junta de
Indultos y Libertad Condicional de Connecticut,
perdone a su marido, pero ya la junta se ha negado dos veces.
La esposa también quiere enfrentar
las reacciones negativas del público a la historia de su familia, que frecuentemente
se basan en conceptos erróneos de creer que la familia no es estadounidense o
que viven de la ayuda del gobierno.
Dijo que estos conceptos
equivocados, han dado lugar a insultos raciales contra su familia.
"Ya pasamos 30 días defendiéndonos
nosotros mismos y que causó mucha
ansiedad", dijo.
Independientemente de cómo
terminará la situación para los Ferreiras, ella asegura que están contentos
porque se ha puesto de relieve una
política que puede ser muy perjudicial para las familias estadounidenses
promedio, respetuosas de la ley.
"Hay muchas razones por
las que esto no debería estar sucediendo", dijo ella. "Las leyes
necesitan ser cambiadas o deben ser revisadas por lo menos".
PIE DE FOTO
Esperando la deportación,
Domingo Ferreiras, a la derecha, con su, esposa Diane, su hijo Orlando, su hija
Baceida y su nieta Genevieve, en su casa
de East Hartford (Connecticut).
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