Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ El dominicano Fernando Bermúdez, quien
estuvo 18 años en una cárcel estatal por un asesinato del que se le declaró
culpable en un juicio manipulado en la Corte Criminal de Manhattan en 1992,
acordó recibir $7 millones de dólares en compensación por su tiempo en el
presidio, después de una demanda que sometió en el tribunal federal en 2011,
luego que fue absuelto en 2009.
Durante el juicio, Bermúdez, fue incriminado por cinco
supuestos “testigos estrellas” de la fiscalía, algunos de los cuales que
eran convictos con largos récords
criminales, pero se prestaron al perjurio a cambio de una sentencia benévola.
La víctima, Raymond Blount, fue asesinado a tiros
frente a la entonces afamada discoteca “Palladium”, el 4 de agosto de 1991.
Bermúdez estaba en un grupo en el que también estuvo el tirador.
El jurado lo encontró culpable de asesinato en segundo
grado en 1992, cuando el dominicano tenía 22 años de edad.
Posteriormente, los “testigos” que lo implicaron, se retractaron
de las declaraciones en 1993, y dijeron que la
policía los había presionado para que identificaran a Bermúdez como el presunto tirador que asesinó al adolescente.
Bermúdez, ahora de 48 años, comenzó su lucha legal con
la ciudad y el estado hace seis años.
La compensación de los $7 millones, es una combinación
del pago de la ciudad por la actuación de la policía y el estado, por haberlo
mantenido en la cárcel por casi dos décadas, siendo inocente.
El acuerdo se retrasó porque el estado le ofreció
Bermúdez por $4.750.000 dólares en 2014, mientras la ciudad no llegó a un
convenio hasta el miércoles de la semana pasada, según su abogado, Michael
Lamonsoff.
"Fernando nunca se recuperará lo que ha perdido,
que fueron 18 años de libertad", dijo el jurista. "Pero este acuerdo proporciona un cierre de seis años de litigio
en la corte".
El Departamento Legal de la ciudad, declinó hacer
comentarios, alegando que revisará el acuerdo.
LA DECISION JUDICIAL
Explotando en un incontenible llanto y abrazándose
fuertemente a sus familiares más cercanos, después que el juez John Cataldo de
la Corte Suprema de Manhattan ordenara su descargo, el dominicano Fernando
Bermúdez no pudo controlar la emoción, reafirmando su declaración de inocencia
de hace casi dos décadas.
Tuvieron que transcurrir 18 años, tiempo que el
inmigrante criollo que en 1992 fue condenado por un asesinato que no cometió,
pudiera saborear una libertad, que por “error” del sistema, se le coartó y que
en la mañana de este jueves 12 de noviembre, fue enmendado por el juez.
Bermúdez, padre de tres hijos y que emigró a los
Estados Unidos traído por su padre cuando era pequeño, fue devuelto a la cárcel
y esposado para la fase final del proceso. El crimen del que se le acusó y por el que injustamente se le condenó, fue
perpetrado contra el afro americano Raymond Blount que entonces tenía 16 años
de edad.
Largas investigaciones, testimonios de otros testigos
y pruebas que documentaron su inocencia, avalaron la decisión del juez.
A pesar de que se esperaba que el magistrado ordenara
un segundo juicio a favor de Bermúdez, decidió acoger la petición del abogado
del dominicano – Barry Pollack – que pidió que la corte desestimara los cargos
y liberara de inmediato al criollo.
El fiscal adjunto Mark Dyer dijo que no está de
acuerdo con la decisión y anunció que la fiscalía estudiará apelar la
sentencia.
“Encuentro por la evidencia clara y convincente que el
demandado ha demostrado su inocencia real”, dijo el juez Cataldo en su
veredicto de 78 páginas, deseando a Bermúdez y su familia, un futuro mejor.
El caso fue desestimado por varios factores entre
estos que un testigo cooperador de la fiscalía mintió en la corte y a otros
testigos se les permitió “identificar” a
Bermúdez en una ficha policial como el supuesto asesino.
El ex reo sólo atinó a decir “gracias, gracias” y el
llanto se apoderó de sus emociones. En ese entonces sus hijos tenían 18, 8 y 3 años de edad procreados
con la señora Cristal Bermúdez de 35, quien dijo que las familias de la víctima
y de su esposo, sufrieron por igual.
Los fiscales explicaron que los parientes del
asesinado, se mudaron de Nueva York hace algunos años. Pero aunque fue liberado
de ese caso, Bermúdez se podría enfrentar a una sentencia de 27 meses en un
caso federal por drogas que data de 1991.
Se dijo que el homicida de Blount podría ser un
narcotraficante que también residía en el Alto Manhattan.
LA LIBERTAD
El 12 de noviembre de 2009, Bermúdez llegó al edificio
590 de la calle 204 y avenida Sherman en el Alto Manhattan en un vehículo
blanco tipo SUV, acompañado por amigos y parientes que lo escoltaron primero a
Connecticut, donde estaba residiendo su esposa Cristal y sus hijos e hija, y
luego al barrio dominicano donde creció junto a sus compañeros de escuela y
amigos.
Previo a su llegada, tanto la entrada del edificio
como al apartamento 22-B en el segundo piso, tenían un ambiente de fiesta por
lo que no sólo su familia estaba de júbilo, sino también docenas de comunitarios
residentes en el vecindario.
Lo primero que dijo en entrevista con este reportero, es que después de la injusticia que se hizo
con él, se sentía alegre y comenzaba a vivir de nuevo.
"Gracias Señor, gracias Señor", repetía una
y otra vez con los ojos llorosos.
"Por todos esos años que estuve en prisión, sufrí
de grandes depresiones, pero por fin este día ha llegado, ¡gracias Dios!",
exclamaba Bermúdez rodeado de hermanos, su madre, su padre y otros parientes
que lo abrazaban y se aferraban a él con visible fuerza.
"Seguiré estudiando en el colegio comunitario y
dándole un ejemplo bueno a la juventud para que aprenda que les puede pasar a
ellos también si se descuidan", dijo Bermúdez que a pesar de los años que
permaneció en la cárcel, presentaba un aspecto juvenil y físicamente estable.
Su llegada al barrio no sólo atrajo a sus conocidos,
sino también a muchos curiosos jóvenes, hombres y mujeres que desconociendo la
información sobre su caso, preguntaban a este reportero si se trataba de alguna
celebridad.
Bermúdez, que comenzó a estudiar la carrera de
psicología en la cárcel faltándole sólo dos semestres, dijo que completaría sus
estudios en Mercy College y que también quería estudiar otra carrera.
"Mi intención es ayudar a la juventud y a otros,
a superar los obstáculos que se les presentan en el camino", dijo.
"Seguiré pá lante porque nuestra comunidad
necesita de mucha ayuda con sus jóvenes", agregó.
Su caso se resolvió gracias a la organización Proyect
Innocence (Proyecto Inocencia), que investiga expedientes de prisioneros que
mantienen su inocencia.
PIE DE FOTO
NUEVA YORK._ Fernando Bermúdez, junto a sus familiares
del 12 de noviembre de 2009 en el Alto Manhattan. A la derecha, se abraza a su
madre en la corte, el día que se decidió anular la sentencia.
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