Por Reynaldo Peguero
El Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) con el
aval del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), donó a
Santiago US$ 300 mil dólares para formular un Sistema de Movilidad Urbana
Sostenible. Es una iniciativa consensuada
por 43 organizaciones de la Comisión de Uso de Suelo y Ordenamiento Territorial del Plan Estratégico 2020. Esta
comisión con la presencia del Ayuntamiento y la participación de entidades del
gobierno nacional, empresariado y sociedad civil, entre ellas Obras Públicas,
Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE), AMET, CNTT, AIREN, Escuelas de
arquitectura de PUCMM y UTESA, Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) y
el CODIA, entre otras, consensuó que Santiago ordenara su tránsito, transporte,
vialidad y la seguridad vial en un sistema integrado.
El
aporte del BID con respaldo del gobierno dominicano, también se fundamenta en
las líneas estratégicas de la iniciativa de “Santiago Sostenible”, que es
la gran estrategia consensuada entre BID, Ayuntamiento y Consejo para el
Desarrollo Estratégico (CDES) para lograr que Santiago sea una de las mejores
ciudades Emergentes y Sostenibles de América Latina. Es la primera vez que una ciudad caribeña y
centroamericana, concreta
con el BID una visión estratégica de la cooperación, la asistencia
técnica y la inversión directa en pro del desarrollo local sustentable.
Desde
finales de los años 80 (25 años atrás) como resultado de la gran migración
de grandes poblaciones regionales hacia este territorio en búsqueda de los
empleos formales en los diferentes parques industriales de zona franca, Santiago
de los Caballeros y su entorno metropolitano, se transformaron en una ciudad dispersa, desconectada y de
amplia prevalencia de mortales accidentes de tránsito. Este
fenómeno unido a un esquema de desarrollo urbano no planificado, provocó
problemas de falta de conectividad, sensible aumento de las distancias de
transporte y cientos de víctimas de accidentes. Se sabe que los usuarios del
tránsito tienen que generar desplazamientos iterativos, largos y pendulares,
con varias zonas de estrangulamiento o congestión.
El sistema de transporte público es riesgoso,
atomizado e ineficiente. Miles
de taxis, conchos, motoconchos, minibuses, guaguas, guaguas banderitas, grandes
buses interurbanos y peatones desprotegidos, se entrecruzan caóticamente
consumiendo sin eficacia, cientos de miles de galones de combustibles y
generando toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) per cápita. En Santiago operan más de 4,000
taxis, 6,400 conchos, 15 mil motoconchos y 50 vehículos de mayor capacidad
(guaguas banderitas, y autobuses) que se mal mueven sobre una red de 28
corredores de conchos, una ruta de guaguas banderitas (27 de febrero) y 4 rutas
de OMSA.
El
transporte público comparte el espacio con el resto del tráfico; no existe
ningún kilómetro de carril exclusivo para su movilidad y menos para bicicletas
y motoconchos. Las velocidades comerciales de servicio son lentas; no hay
integración tarifaria, ni física, ni operativa entre los sistemas, y se
originan conflictos por el uso de las rutas. Lo anterior se transforma en desorden de alta peligrosidad, dado que
miles de motociclistas andan sin cascos, el uso de cinturones de
seguridad es menor del 30%, muy pocos vehículos privados tienen sillas para
infantes, se circula abiertamente consumiendo bebidas alcohólicas, las
velocidades interurbanas no están controladas y los operativos públicos de
tránsito para salvar vidas en las vías son medalaganarios, anticuados y clandestinos.
Entonces,
con el apoyo del Gobierno dominicano y el BID, debemos contribuir que el Ayuntamiento del Municipio Santiago (AMS), como
órgano rector, implante un MODELO MOVILIDAD SEGURA Y
SOSTENIBLE. Que genere eficiencia en el origen y destino de los viajes
urbanos e interurbanos, regule y direccione el transporte de carga de altas
toneladas por las circunvalaciones, favorezca buenas prácticas en
seguridad vial y eleve la calidad de vida. Un modelo movilidad segura y
sostenible no es una lista de avenidas, circunvalaciones, puentes, pasos a
desnivel, túneles, caminos peatonales, buses, guaguas, trenes y tranvías. Se trata de no repetir los errores de los
capitaleños de Santo Domingo, que tienen todo lo anterior,
incluyendo un Metro Subterráneo, y todavía ni siquiera suponen la necesidad de
articular un verdadero Sistema de Movilidad Urbana Segura y Sostenible. Tienen
el ¿Cómo, pero no saben ni el qué y ni el para qué?
La movilidad urbana segura y
sostenible generará importantes propuestas de cambio del modelo regulatorio e
institucional para
conseguir una operación integral de todos los sistemas de movilidad; de acuerdo
a retos identificados, y las mejores prácticas de movilidad. Podrían se
objetivos estratégicos y acciones i) Generar
instrumentos de planificación y crear el órgano metropolitano de gestión de la
movilidad;ii) Preparar
herramientas de creación del sistema integrado de transporte público y mixto; iii) fomentar modos de transporte
no motorizado y iv)consensuar
e implantar acciones concretas de seguridad vial para lograr salvar miles de
vidas en el tránsito.
Reynaldo Peguero, Director del Plan Estratégico Santiago 2020.
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