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lunes, 18 de julio de 2016

Pérez Sánchez enumera retos al reglamentar Ley Policial


Santo Domingo.- Reclamos relativos a derechos adquiridos y la protección de la actuación policial se han formulado con motivo de la promulgación de la nueva ley institucional de la Policía.

En ese sentido, el pasado Jefe de la Policía  Nacional, mayor general retirado y profesor universitario, doctor Manuel de Jesús Pérez Sánchez, considera que el conocimiento y adecuada solución de esos retos son determinantes en la exitosa implementación de la nueva legislación,  para proteger eficazmente a la ciudadanía ante el crimen y el delito, sin perjudicar a la familia policial ni afectar sus derechos.

Asegura son seis los retos fundamentales a tomar en cuenta al redactar los reglamentos a fin de actuar con justicia y equidad, para mantener un clima propicio a la seguridad ciudadana. 

El primero de esos retos es proteger la buena actuación policial, para reproducir modelos de conducta apegados a la ética y a la legalidad que enfrenten de manera enérgica, decidida y sin contemplaciones el crimen y el delincuente. 

No es generar privilegios como un fondo para el pago de fianzas en favor del policía ni tribunales especiales; pero sí considerar que se debe uno poner en el zapato del policía al momento de arriesgar su vida y su libertad para defender y proteger a la sociedad; y entonces tomar las medidas para preservar al policía de carne y hueso que sería privado de libertad frecuentemente sin tener el dinero que no gana para pagar fianzas y abogados en los tribunales judiciales: Bienvenidas las comisiones independientes para realizar investigaciones públicas sobre quejas por in conductas de los policías!

En segundo lugar, la mayoría de esos reclamos se refieren a la necesidad de que se preserven derechos adquiridos a los que ingresaron a la institución bajo el imperio de las leyes anteriores, con lo cual se evitaría un voluminoso caudal de reclamos judiciales y que es perfectamente posible si en los reglamentos se clarifica el modo y la forma de preservar esos derechos. 

En tercer lugar, también  se espera que se mantengan los subsidios por más de 36 millones al año en becas educativas y otras conquistas,  que forman parte del bienestar del agente de policía, con  fondos provenientes  del Estado, lo que se puede lograr organizando el Instituto de Bienestar Policial, ya que la nueva legislación no contempla esos programas en beneficio del policía y su familia.  

En cuarto lugar, igualmente, el problema de la ausencia de plazas para ascenso, cuando por ejemplo hay cerca de 500 coroneles con una edad promedio de 50 años, una oficialidad muy joven que impediría promover a las nuevas generaciones.

En quinto lugar,  la necesidad de apegarse al escalafón al seleccionar al próximo Director General de la Policía y los altos cargos de esa institución, promoviendo aquellos con mayor antigüedad en el servicio.

En sexto lugar, el tema del retiro forzoso, establecido a los 20 años para aquellos que han cometido inconductas  en su servicio y los que se han portado bien tienen que esperar 25 años para poder solicitar su retiro voluntario, lo cual aparenta una iniquidad o al menos una evidente injusticia. 

Pérez Sánchez concluyó afirmando que el desarrollo institucional es continuo, progresivo y permanente, como resulta imprescindible para poder competir con la delincuencia, previniéndola, controlándola y reduciendo a su más mínima expresión sus perjudiciales efectos en la calidad de vida de ciudadanos y visitantes, por lo cual expresa su opinión en la mejor buena fe  de contribuir al desarrollo nacional y el fortalecimiento institucional de la Policía Nacional.



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