In memóriam a Duarte
Por José Antonio
Matos Peña.
Justo
es recordar siempre y en fechas especiales, con más detalles, el nacimiento de
un ser humano, de carne y huesos como cada uno de nosotros, pero con una
consciencia y coherencia entre sus pensamientos y acción, que marcan la diferencia entre él y la inmensa
mayoría de sus conciudadanos de ayer y de hoy.
rere
Han
pasado 201 años, a contar al día de mañana 26 de enero 2014 del nacimiento del
ilustre patriota, en el discurrir de esos años, la proporción entre los
nacimientos de hombres de esas dimensiones y los demás se hace al parecer cada
día más ínfima, pero por suerte entre los dominicanos podemos contar entre
ellos, figuras de las dimensiones de Mella, Sánchez, Luperón, Caamaño y otros
muchos más, que con gran trascendencia o no, en su hoja de servicios imitan
esta estirpe.
"Se
justo lo primero, si queréis ser felices, pues ese es el primer deber del
hombre", "Nunca me fue tan necesario
tener salud corazón y juicio, ya que hombres sin corazón y sin juicio
conspiran contra la salud de su patria", son de las lecturas y enseñanzas
que recuerdo de cuando en la educación en que me correspondió vivir, existía la
materia "moral y cívica", lo escuchaba de mis padres, a pesar de que
ellos legaron a niveles de escolaridad tan sencillos como el de mi padre llegó
a el cuarto curso y mi madre a sexto.
Nos
llegan a la memoria, cuando vemos el patrimonio de la patria, y por tanto de
todos, dilapidados y saqueados por gobernantes que lejos de poder alegar ignorancia
de estos valores, que han tenido los mayores privilegios educacionales para
conocer lo dicho, han accionado de manera inversa a los pensamientos
Duartianos, recordar el inefable contrato del 97-3 de oro contra el estado,
recordar la compra y destrucción de partidos y figuras para retener y ostentar
el control del estado Dominicano, ver como por negligencia o intereses extraños
el lago Enriquillo crece de manera criminal, no por efectos puramente
naturales, si no que por el descuido y propósito, una obra que hizo el sátrapa de los 31 años, desvió casi totalmente las aguas del río Yaque
del Sur, el río San Juan, las presas y
sus afluentes, del destino natural, que era la Bahía de Neiba, hacia el lago
Enriquillo, nos obliga a pensar más en Duarte.
Recordar
a Juan Pablo Duarte y Diez a sus 201 años de su nacimiento, en etapas de
gobiernos, en que tan solo uno de ellos, a pesar del descuido y
desmantelamiento educacional como el que tratamos de narrar, toma más de dos
mil millones de pesos Dominicanos para
construirle a un país vecino una
universidad para la cual ni con electricidad cuentan, que no nos lo agradece
como ciudadanos o nación, y que a lo mejor ellos como política oficial le
inculcan a sus conciudadanos valores patrios mayores que los que a los nuestros
se le insufla.

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