Con el dedo en la llaga
La Carta Pastoral
Por: Elvi Paredes
En la Carta Pastoral emitida por la Conferencia del Episcopado Dominicano,
con motivo de celebrarse el próximo 21, las fiestas de la Virgen de La
Altagracia, se denuncia la situación por la que atraviesan decenas de miles de
familias dominicanas.
De acuerdo con el documento del más representativo órgano de la Iglesia Católica
dominicana, y leído por el presidente de la Conferencia, Monseñor Nicolás de Jesús
Cardenal LópezRodríguez; una gran cantidad de dominicanos y dominicanas
sobreviven afectadas por la falta de trabajo, la carestía de los alimentos y
servicios básicos, falta de comida, medicina, vestidos, vivienda digna,
educación y descanso o recreación sana.
“A
todo esto se añaden niveles verdaderamente deprimentes de insalubridad, pobreza
y aún miseria, ignorancia y analfabetismo, y tantas otras realidades no menos
tristes”, dicen los obispos en su Carta Pastoral.
En
la Carta Pastoral, los obispos enfatizaron, como deber fundamental del Estado
Dominicano, la protección y la defensa de la familia, ``como fundamento del
bienestar, el desarrollo y la paz en la sociedad``.
La
Carta Pastoral emitida por la Conferencia del Episcopado Dominicano puede ser leída
e interpretada de distintas maneras.
Sin
embargo, para mí, ha sido una clarinada al gobierno dominicano, que se ha
dejado envolver en un círculo vicioso en la problemática haitiana, perdiendo de
vista el objetivo principal del Estado Dominicano, que es la defensa de su
soberanía, y la protección de sus ciudadanos.
Esto
así, porque más de 6OO mil puestos de trabajo están en manos de los haitianos en
la Republica Dominicana, mientras cientos de miles de dominicanos, abandonan
nuestros campos, para dedicarse al motoconcho, como chofer de carros y guaguas,
o para limpiar vidrios y parquear vehículos en las avenidas y calles de
nuestras ciudades.
La
Carta Pastoral pone el dedo en la llaga, cuando denuncia la falta de empleos,
de vivienda, de salud y recreación sana, en que viven cientos de miles de
dominicanos, quienes tienen que competir por un empleo, con haitianos ilegales
que invaden nuestro país de forma masiva y descontrolada.
Actualmente,
la Republica Dominicana, gasta el 28 por ciento de su presupuesto de salud en
nacionales haitianos, o sea, más de 5 mil millones de pesos, mucho más de lo
que recibe el Ministerio Publico anualmente, y mucho más de lo que reciben los
Ministerios de la Mujer y Juventud, juntos.
Eso
significa, menos atención de salud a los dominicanos, menos cobertura de
medicamentos, menos calidad en la salud, y en la infraestructura hospitalaria.
Y eso, que los gastos en la educación y el almuerzo de los niños, niñas y
adolescentes haitianos, que ilegalmente cruzan todos los días la frontera, para
acudir a las escuelas construidas con nuestros recursos, no han sido
debidamente cuantificados.
Pero
esos son los servicios que se pueden cuantificar, ya que el daño que hacen a la
calidad del empleo, en la presión que hacen los ilegales haitianos para que los
salarios no suban, en la presión que hacen para que los sectores productivos no
se modernicen, y por lo tanto el camino hacia el desarrollo y la superación de
los problemas que afectan a los y las dominicanas, tarden aún más tiempo para
superarse.
La
Republica Dominicana no podrá emprender un verdadero plan nacional de
desarrollo, que supere la falta de viviendas, de empleos, que avance en la
integración de los dominicanos en la seguridad social, y que permitan que cada
dominicana y dominicano, puedan disfrutar de una mayor calidad de vida.
El
pasado año, más de 24 mil haitianos fueron atendidos en los diferentes centros
de salud de la Republica Dominicana. Esa situación no puede continuar.
1.
``El 30% de nacidos en maternidad Los Mina son haitianos. 2. Hospital Cabral y
Báez destina 15% de su presupuesto a gestantes haitianas. 3. El 18% de los
partos en Maternidad La Altagracia son de haitianas. 4. Salud Pública invierte
RD$5,300 millones (10% de su presupuesto) en asistencia a haitianos. 5. En dos
días paren 26 haitianas en el Cabral y Báez. Denuncia (Dr. Cruz Ji minian):
"Hay empresas que cogen una guagua y la traen llena de mujeres haitianas
preñadas a parir en el país".
Todo
esto sucede, mientras las llamadas autoridades haitianas, malagradecidas,
insensibles y corruptas, continúan con la campaña sucia y rastrera, contra la
Republica Dominicana.
Todo
esto sucede, mientras la llamada comunidad internacional, irresponsable,
incumple con su promesa de acudir en la reconstrucción de Haití.
Todo
esto sucede, mientras el gobierno dominicano, mantiene una indiferencia
irresponsable y antipatriótica, frente a la principal amenaza que tiene la
Republica Dominicana, que es la invasión haitiana.
La
Republica Dominicana tiene un déficit de más de un millón de viviendas, que
solo podrá ser superada, si la mayoría de los dominicanos y dominicanas pueden
acceder a un puesto de trabajo, o instalar su pequeña empresa, o sea, tener
capacidad de ingreso, para comprar o construir su casa.
No
será conchando en motoconcho, carro o guagua pública, o limpiando vidrios o
cobrando unos cuantos centavos, que los dominicanos, podrán comprar su casa, y
elevar sus niveles de vida.
La
Republica Dominicana cuenta con los recursos humanos y materiales suficientes,
para impulsar un plan de desarrollo integral, que asegure a sus ciudadanos,
educación, vivienda, salud, empleo, un sistema de transporte moderno y
recreación sana.
El
gobierno tiene que entregar los recursos necesarios y suficientes al Instituto
Nacional de FormaciónTécnico-profesional INFOTEP, para la formación de los
albañiles, maestros constructores, técnicos
electricistas y plomeros que necesite el área de la construcción.
El
gobierno dominicano tiene que entregar los incentivos que necesite el sector
agropecuario, para modernizar y mecanizar el corte de la caña, y la siembra y corte del arroz.
El
gobierno dominicano tiene que tomar las medidas necesarias para dominicanizar
la producción nacional.
Pero
solo enfocando todos nuestros esfuerzos, en la solución de los retos que
tenemos los dominicanos.
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