Educar
para transformar
Por Dr. Jaime Antonio Marizán Santana
Podrían
considerarse tres etapas bien definidas con el tema del manejo de los desechos
sólidos, y de las cuales encontramos representantes en diversos países, estados
y provincias de determinadas naciones.
En una primera
etapa, muy primitiva, se encuentran aquellos países, estados o provincias que
se encuentran enfocados en la recolección de desechos sólidos, realizando
grandes inversiones en equipos de recolección, personas, manejo de vertederos y
otros elementos que les permitan ser eficientes en la recogida de la basura. En
esta etapa abundan enfermedades propias de la insalubridad como el dengue,
cólera y hasta grandes epidemias. Las personas no tienen consciencia de la
importancia de la higiene para la salud física y medioambiental.
Esta etapa se
constituye en el cuento de nunca acabar, ya que en un pueblo sin educación, nadie ha podido ganarle
la batalla a la basura de esta forma. Los camiones recogen hoy y ya mañana se
encuentran montones de desechos por doquier. Además, con este sistema las ciudades siempre
dan una imagen de estar sucias y antihigiénicas, siendo esta situación propicia
para la aparición de plagas y enfermedades.
En una segunda
etapa, en cuanto al manejo de desechos sólidos, se encuentran aquellos países,
provincias o estados que han decidido cambiar su enfoque hacia la educación de
sus ciudadanos, realizando grandes campañas y esfuerzos de forma que la gente
aprenda a manejar sus desechos sólidos con inteligencia.
En esta etapa se
les enseña a los ciudadanos a clasificar los desechos, a sacar la basura en
determinados días, a no tirar desperdicios en las calles, sino en lugares
destinados para ello, y también se inicia una educación para aprender a
reciclar. Esta educación va combinada con acciones represivas como multas a los
que transgredan las reglas.
Las ciudades que
se encuentran en esta segunda etapa lucen limpias, la gente es organizada en el
manejo de los desechos, hay una consciencia de la importancia que tiene el
reciclaje y el daño a la salud que produce la contaminación ambiental.
Para una
comunidad pasar de la primera a la segunda etapa puede tomarse un período de
más de diez años, y quizás esta sea la razón por las que nos ha costado tanto
abandonar el primitivismo de la primera etapa. Los políticos aman el
inmediatismo, los resultados rápidos, y la educación toma su tiempo, pero al
final sus frutos son muy provechosos para todos.
En un país de
Suramérica los alcaldes se cansaron de bregar con los adultos y tomaron la
decisión de educar a los niños y niñas en el manejo de los desechos, a fin de
formar una nueva generación que pudiera tener una mentalidad más sana. El
resultado fue maravilloso, porque no sólo los niños modificaron su proceder,
sino que ellos comenzaron a reclamar a los adultos el cumplimiento de las
normas ambientales. Al final, lo que se creía que tomaría mucho tiempo, fue
abreviado.
La tercera etapa
en el manejo de los desechos sólidos la alcanzan aquellas comunidades que, no
sólo están reciclando sus desechos, sino que están exportando a otros países
materia prima producida a partir de la basura de sus ciudadanos. Es decir,
estas comunidades han convertido un problema, en una gran oportunidad. Están
generando cuantiosos ingresos que son luego invertidos en mejorar los
servicios.
Cuando, como
dominicanos, visitamos algunas de las ciudades que se encuentran en la segunda
o en la tercera etapa, nos sorprendemos sobremanera por el contraste que se
observa. Quizás tenemos la misma infraestructura, los mismos edificios, centros
comerciales, carreteras, pero hay algo que contrasta, la limpieza de esas
comunidades versus la suciedad que se observa en nuestras ciudades.
Es necesario
comenzar a educar, toma tiempo pero vale la pena. Comencemos con los niños y
niñas, ellos pueden ser el motor de un cambio que reclaman los miles que mueren
cada año víctimas de una insalubridad que ya pega el grito al cielo.
El
autor es Director Ejecutivo Consejo Regional de Desarrollo, Inc. CRD), Abogado,
Economista y Experto en Planificación y Desarrollo.
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