¿Se
desintegra el país?
Miguel
Ceara-Hatton
El
territorio es el contenedor de personas y recursos. Sobre el territorio se
construye el espacio, es decir las dinámicas y relaciones sociales, económicas
e institucionales que determinan las oportunidades que las personas tienen en
un determinado territorio. El espacio es una construcción social que refleja
las fuerzas sociales, las políticas públicas, la organización y prioridades
productivas, entre otros factores. Si el espacio es una construcción social es
modificable. El desarrollo tiene una dimensión espacial importante, debido a
que son las personas quienes se desarrollan y estas residen en lugares
concretos donde encuentran las oportunidades y se construyen sus capacidades a
lo largo de la vida.
Frente
a la ausencia de oportunidades las personas pueden emigrar y parte del
territorio se puede despoblar. Pero la idea del desarrollo es que todo el
territorio nacional converja hacia mejores niveles de vida y las diferencias
interprovinciales se reduzcan.
Cuando
las diferencias interprovinciales crecen el territorio se fragmenta y las
distancias se acrecientan. No se trata de distancias en kilómetros sino en
distancias sociales y de falta de oportunidades, que al aumentar destruyen la
cohesión social y territorial, generando desencanto en la población.
La
idea intuitiva de la convergencia interprovincial es la distancia media de
todas las provincias con respecto al valor nacional, medido en el tiempo. Si
esta distancia media disminuye hay convergencia y si aumenta hay divergencia.
Que
indican los datos. Un ejercicio sencillo comparando algunos indicadores del
Censo 2002 y 2010 muestran dos tendencias: la primera, es que los niveles de
privación tienden a disminuir en el tiempo pero las diferencias
interprovinciales crecen. Es decir, el indicador mejora pero hay divergencia
interprovincial.
Segundo,
el indicador empeora y la diferencia interprovincial crece. En ambos casos el
territorio se fragmenta.
Por
ejemplo, la vivienda que no tienen cocina o la tienen fuera se redujo de un 28%
de los hogares a un 20% pero la divergencia interprovincial es 1.44 veces
superior en 2010 que en 2002.
Los
hogares que recibe agua del acueducto (dentro o fuera de los hogares) bajó de
un 79% a un 73% y la distancia interprovincial aumento en 1.12 veces entre 2002
y 2010.
Los jefes de hogar que no habían
cursado ningún curso aumento de un 16% a un 17% y la dispersión apenas varió
(1.03 veces comparado 2002 con 2010). Los jefes de hogar que había completado
el 8vo y más aumentó de 35% de los hogares a 41% pero la divergencia aumentó
1.23 veces.
Aunque hay que hacer un estudio más
detallado, es evidente la tendencia a la fragmentación del territorio entre
2002 y 2010. Las provincias ricas se hacen más ricas y las pobres más pobres,
lo cual desintegra el país.

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