PRD reitera reforma tributaria es
injusta e
ilegitima
SANTO DOMINGO, R. D.- El
Partido Revolucionario Dominicano afirmó hoy que la sociedad
dominicana no puede aceptar con indiferencia una reforma tributaria que es
injusta e ilegítima, porque con ello aceptaría como válido el sistema que ha
dado lugar al déficit de 187 mil millones de pesos que no fueron utilizados
para proveer más escuelas, más hospitales con medicinas, seguridad,
alimentación y empleo al pueblo dominicano, sino que fueron dilapidados con
fines electorales y de enriquecimiento de una casta que se ha apropiado de la
gestión del Estado para fines particulares.
En
documento entregado a sus legisladores en el Congreso Nacional, por el
Secretario General, Orlando Jorge Mera, acompañado de Luis Abinader, Cesar
Cedeño, Milagros Ortiz Bosch, Enmanuel Esquea Guerrero, Ramón Alburquerque,
entre otros, mientrasparticipaban en una marcha organizada por
grupos populares, la organización opositora reitera que este
paquetazo fiscal es injusto por su contenido, pero mucho más injusto e
ilegitimo porque el Gobierno y una parte de los legisladores han decidido
resolver el problema del déficit fiscal extrayendo más dinero de los bolsillos
de la gente, en lugar de corregir las causas que dieron origen al enorme
descuadre en las finanzas gubernamentales.
El
documento fue recibido por los diputados encabezados por el doctor Hugo
Tolentino Dipp, José Santana, Eugenio Cedeño, Julio Encarnación, entre otros.
Establece
que la insistencia del Gobierno y de una parte de los legisladores y
legisladoras en imponer a la sociedad una injusta reforma tributaria nos reúne
hoy aquí, en este acto de protesta que convocamos el Movimiento Justicia
Fiscal, el Foro Social Alternativo y un conjunto de agrupamientos de organizaciones
sociales, populares, sindicales y comunitarias.
Las
organizaciones y personas que concurrimos hoy ante el Congreso
Nacional, lo hacemos para expresar nuestro repudio a la actitud de
encubrimiento del conjunto de prácticas ilegales de dispendio y corrupción que
dieron origen al déficit.
La
sociedad dominicana no puede aceptar con indiferencia una reforma tributaria
que es injusta e ilegítima, porque con ello aceptaría como válido el sistema
que ha dado lugar al déficit de 187 mil millones de pesos. Ciento ochenta y
siete mil millones de pesos que no fueron utilizados para proveer más escuelas,
más hospitales con medicinas, seguridad, alimentación y empleo al pueblo
dominicano, sino que fueron dilapidados con fines electorales y de
enriquecimiento de una casta que se ha apropiado de la gestión del Estado para
fines particulares.
Lo
peor es que el Gobierno convocó a organizaciones sociales, populares,
sindicales y empresariales a discutir soluciones en el marco del Consejo
Económico y Social. Pero, como los representantes de los tres sectores
coincidimos en que había que sanear el gasto antes de establecer nuevos
impuestos, y establecer responsabilidades y sanciones para que nunca más vuelva
a ocurrir el desorden fiscal de 2012, se optó por suspender el diálogo e
imponer las medidas tributarias sin resolver los problemas de fondo en el
manejo del presupuesto nacional.
El
gobierno y los senadores pretenden que la población les firme un cheque en
blanco, poniendo en sus manos más recursos sin estar seguros de que los mismos
serán utilizados con eficiencia y transparencia para atender las principales
necesidades de la ciudadanía. La población tiene sobradas razones para no creer
en gobiernos que no muestren una firme disposición a enfrentar el clientelismo
y la corrupción. ¿Cómo se puede confiar en autoridades que mantienen
instituciones que no brindan ningún servicio a la población y más bien son
utilizadas para pagar favores de campaña?
¿Cómo
confiar en autoridades que se niegan a identificar y someter a la
justicia a los responsables del mal manejo y expropiación de los recursos que
con tanto esfuerzo la población pone en manos del gobierno, y que por el
contrario se empecinan en que el pueblo pague con más impuestos los platos
rotos de una fiesta donde no participó?
No,
no y no, la sociedad dominicana no está dispuesta a seguir financiando un
Estado que utiliza gran parte de los recursos para mantener privilegios
irritantes, clientela política y la corrupción criminal. La ciudadanía demanda
acciones contundentes que demuestren que se hará un uso eficiente de cada
centavo que se le entregue al Estado dominicano. Los legisladores y
legisladoras no pueden pedir que las familias se aprieten los cinturones,
mientras estos siguen disfrutando de barrilitos y cofrecitos para
gastarlos a su antojo.
El gobierno y los
Senadores han optado por hacer más de lo mismo en lugar de tomar medidas para
restaurar la confianza, poniendo el bien común por encima de los pequeños
intereses grupales y particulares.
La
postura en la que el Gobierno se ha empecinado es la de resolver el problema
mediante el incremento de los ingresos tributarios y tímidas reducciones del
gasto, mediante una reforma tributaria que no es integral porque no resuelve
los problemas de calidad y racionalidad del gasto. Esta propuesta de reforma
tributaria carece de legitimidad porque no da garantías de que la locura de
gasto del 2012 vuelva a repetirse el día de mañana.
La
confianza de la sociedad en el Gobierno se ha roto, pues en lugar de corregir
lo que está mal, la consigna parece ser “encubrir lo que está mal”.
Más
grave aún ha sido la conducta del Senado, que en ostentación de una total
unilateralidad y una prisa desmesurada ha aprobado al vapor la reforma
tributaria sin tocar ninguna de las situaciones cuya solución es demandada por
la sociedad. En su lugar han aprobado cambios tributarios que no contribuyen a
la equidad tributaria y sin la más mínima preocupación por una política fiscal
que responda a las necesidades colectivas.
Este
paquetazo tributario no debe ser aceptado. Y no debe ser aprobado por la Cámara
de Diputados. Porque es ilegítimo. Porque es injusto.
Porque
casi el 30% de los recursos que el gobierno busca recaudar a través de nuevos
impuestos provienen del aumento del ITBIS de 16% a 18% y de la inclusión en la
base imponible de nuevos alimentos que forman parte esencial del aporte
calórico de la población más pobre.
El
aumento del ITBIS afecta más a los pobres que a los ricos. Veamos:
a) Incorporar
el aceite, azúcar y café representan el 22% de las kilocalorías percapitas de
la canasta básica de alimentos consumidas en las zonas urbanas y el 21% en las
zonas rurales. Esto implica más desnutrición de los más pobres.
b) Con
los aumentos propuestos del ITBIS de 16% al 18% y los nuevos productos
incorporados implica un aumento de precios que es un 33% mayor en el quintil
más pobre que en el quintil más rico. Esto significa más pobreza y peor
distribución del ingreso.
c) Los
nuevos productos alimenticios a los que se les ha gravado con el ITBIS,
representan el 10% de la canasta de alimentos y bebidas no alcohólicas del
quintil más pobre mientras que representa el 4.7% de la canasta de consumo de
alimentos y bebidas no alcohólicas del quintil más rico. Esto significa peor
distribución del ingreso.
d) Los
nuevos productos gravados con ITBIS afectan en términos absolutos casi 6 veces
al quintil más pobre que al quintil más rico.
Es
indignante pensar en el impacto de estas medidas en la población más pobre que,
además de no recibir servicios públicos de calidad que consigan ir igualando
sus oportunidades a las de los sectores más ricos, estén siendo castigados con
medidas impositivas que proveerán de recursos a un Estado que no ha sido capaz
de garantizar que esos recursos se utilizarán para crear capacidades en la
población y que servirán para enriquecer a unos pocos, para financiar la
corrupción y fomentar el clientelismo, alejándonos cada vez más de una sociedad
basada en derechos.
Por
eso emplazamos a la Cámara de Diputados a actuar con
conciencia y rechazar esta reforma tributaria. En su lugar deben demandar al
gobierno a presentar un Presupuesto 2013 sin la
introducción de nuevas cargas impositivas para la población. Para esto es
necesario reorientar y eficientizar el gasto publico tal y como se
ha planteado en el seno del CES. Exigimos que este presupuesto no se elabore en
función del historial o hechos pasados que validan los niveles de corrupción y
clientelismo, sino en función de la justificación de necesidades de recursos sobre
la base de los resultados que se quiere alcanzar; es decir un Presupuesto Base
Cero. Este presupuesto debe centrarse en mejorar los servicios públicos a la
población, cerrando brechas sociales históricas y cumpliendo con el compromiso
asumido con la población de incluir el 4% del PIB para la educación
preuniversitaria.
También
consideramos que para “entusiasmar, motivar y comprometer a todos los
sectores”, como plantea el Presidente, y “preservar la confianza en las
políticas públicas”, es necesario establecer responsabilidades,
sancionar a los responsables de la situación actual y crear una ley de
responsabilidad fiscal que establezca normas y penalidades que impidan que se
vuelva a poner en riesgo la sostenibilidad fiscal del país y eviten que lo sucedido
durante este año vuelva a ocurrir.
Las ciudadanas
y los ciudadanos que protestamos hoy somos sólo una parte de quienes hoy se
sienten frustrados e indignados. Que se sienten estafados. Y que haremos
resistencia al pago de impuestos sin garantía de manejo honesto. Sin identificar
cómo se produjo este desastre en las finanzas públicas.
Hoy
hemos marchado. Y marcharemos nuevamente, e iremos haciendo entender a todos
los sectores que esta decisión gubernamental es injusta, ilegítima y no debe
pasar.
Seguiremos
llamando a la población a manifestar su rechazo, a exponer su indignación. Sí,
estamos indignados, pero no nos conformaremos pacientemente: reclamaremos que
se haga un saneamiento del gasto, que se impongan controles y medidas para que
nunca más se vuelva a jugar con la confianza y la esperanza de la gente.
Cada día seremos más, quienes diremos No a la
irresponsabilidad en el manejo de los recursos públicos. Esta lucha apenas
comienza. Y no parará hasta que tengamos un sistema fiscal justo y un ejercicio
responsable de la gestión pública
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